Itongadol/AJN.- Tan histórico como impactante, Israel inició la jornada más sagrada del calendario judío, Iom Kipur, el Día del Perdón, con ceremonias religiosas que se sirvieron de calles y plazas para albergar a cientos de fieles, religiosos y otros no tan seculares que protegidos con barbijos y manteniendo cierta distancia completaron el paisaje de un país que para esta fecha suele recibir miles de visitantes.
Durante las 25 horas que dura Iom Kipur, Israel cierra su espacio aéreo, interrumpe toda transmisión de televisión y radio y no hay servicios de transporte público. Es el día más especial del año para la comunidad judía, de ayuno y reflexión.
Las denominadas Altas Fiestas suelen ser una época en la que los judíos de todo el mundo acuden en masa a las sinagogas para orar en comunidad. En Israel, miles de ciudadanos y turistas realizan la tradicional peregrinación a Jerusalem, especialmente al Muro Occidental o Muro de los Lamentos.
Todo esa escenografía fue modificada como en una película de ciencia ficción que en la realidad ya suma tantos escenarios que sería hasta difícil llevarla a Hollywood. Pero en Israel, el mortal virus llevó a los principales rabinos del país a orar frente al Kotel con mascaras y en capsulas, una iniciativa innovadora “made in Israel” que en el inicio de la pandemia le sirvió al país para ser uno de los más elogiados del planeta para enfrentar el coronavirus.
Los patios de las sinagogas recibieron a pequeños grupos de fieles de un país que aún no termina de despertar de la pesadilla y que cada día suma más casos a la trágica estadística del COVID-19. Pese a que no se pudo mantener el ferviente espíritu de las oraciones de las Altas Fiestas, que tradicionalmente se recitan al unísono en las reuniones comunales más grandes del año, se replicaron las oraciones por las víctimas de la pandemia y por el fin de la enfermedad, barbijo y distanciamiento social mediante.
En la plaza Dizengoff, en Tel Aviv, las oraciones de los fieles se mezclaron con los gritos de los niños que jugaban en los alrededores, mientras los fieles tomaban las calles para cumplir con el distanciamiento social.
La extraña tranquilidad se sintió especialmente en las comunidades ultraortodoxas, que tanto en Israel como en la Diáspora han sido identificadas como algunos de los principales epicentros de la propagación del coronavirus.
Según cuenta el diario The Times of Israel, la impactante imagen de Iom Kipur 2020 se repitió en todo el mundo. Las imágenes de un Times Square vacío y oscuro en Nueva York fueron solo una muestra de la tragedia. Una postal que fue calcada en los templos de Buenos Aires o de cualquier país.
En la Universidad de Bar Ilan en Ramat Gan, donde el profesor de inmunología Cyrille Cohen, un soplador de shofar entrenado, explica que un rabino jefe israelí ordenó a las congregaciones que cubran los extremos de los cuernos de los animales con máscaras para evitar la transmisión del coronavirus en aerosol durante un escenario de oración lleno de gente.
En Bnei Brak, un grupo de personas rezan juntas, mientras que cada una está aislada en la ventana de su propio apartamento, en una “reunión de oración de Zoom”. Pero más allá del uso de la tecnología y como dijo el presidente Reuven Rivlin tal vez sea el día para pedir perdón y orar por los miles de muertos que dejó la pandemia.