Itongadol.- En una decisión muy controvertida que ha conmocionado a las comunidades religiosas, las autoridades suecas han autorizado la quema pública de textos sagrados judíos y cristianos, prevista para el sábado 15 de julio frente a la embajada de Israel en Estocolmo.
Al conocer la noticia, la organización que agrupa a las comunidades judías de Suecia hizo pública el viernes una conmovedora declaración en la que expresaba su profunda consternación y tristeza. «Como pueblo del libro, la Torá es nuestro tesoro más sagrado de códigos morales y éticos que han cambiado el mundo en que vivimos», decía la declaración.
Además, destacaba los dolorosos ecos de la historia judía en Europa, donde la quema de libros judíos ha anunciado a menudo épocas de persecución extrema, como pogromos, expulsiones, inquisiciones y el Holocausto.
El Consejo Central Judío se sumó a la protesta, expresando su enérgica condena de este abuso de la libertad de expresión, considerándolo una herramienta para sembrar el odio en la sociedad. En un notable gesto de solidaridad, el Consejo también declaró su apoyo a la comunidad musulmana de Suecia, tras anteriores casos de quema de coranes que habían causado indignación y angustia.
Este impactante suceso se produce después de que a principios de mes se informara de tres solicitudes de quema de escrituras religiosas -entre ellas el Corán, la Torá y el Nuevo Testamento- presentadas a la policía sueca. Estos planes, dos en Estocolmo y uno en Helsingborg, suscitaron gran preocupación y suscitaron una condena generalizada.
En un caso especialmente preocupante, el organizador de una quema de coranes ante una mezquita de Estocolmo manifestó su intención de llevar a cabo el acto «lo antes posible». La reciente quema de un Corán en el exterior de una mezquita de Estocolmo ya había desatado la ira y las críticas generalizadas, y tiene ramificaciones políticas potencialmente perjudiciales para el proceso de adhesión de Suecia a la OTAN.
Con la aprobación de estas quemas públicas, Suecia se encuentra en la intersección de la libertad de expresión y el respeto a las creencias religiosas. Queda por ver cómo navegará la nación en este delicado equilibrio ante una decisión tan controvertida. El llamamiento de las comunidades religiosas para que se ponga fin a estos actos de profanación es claro, ya que subrayan la necesidad de unidad, respeto y armonía en nuestra diversa sociedad global.