Itongadol.- Un cuarto de siglo después de que Israel y la Santa Sede establecieron relaciones diplomáticas, los lazos están floreciendo. En una entrevista, el cardenal Leonardo Sandri habla sobre la amenaza que enfrentan los cristianos en esta región, la herencia común con los judíos y Jerusalem como una ciudad de paz.
Hace veinticinco años, Israel y la Santa Sede alcanzaron un hecho importante: las dos partes establecieron formalmente relaciones diplomáticas.
El camino estaba lleno de dificultades, debido a reclamos pasados que habían existido durante años.
Para 1994, las condiciones maduraron para un reconocimiento histórico del sionismo por parte de la iglesia más importante del mundo, y por primera vez en la historia, las dos religiones formalizaron sus relaciones.
Hoy el Vaticano está preocupado por la situación que enfrentan los cristianos en Medio Oriente. Se enfrentan a una grave amenaza para su continua existencia debido a la persecución de los grupos terroristas de la jihad global.
A la luz de este preocupante desarrollo, las relaciones entre Israel y la Santa Sede parecen ser más importantes que nunca.
Israel es clave para preservar la presencia de cristianos en Tierra Santa como una isla de cordura en la región devastada por la guerra, el Vaticano está agradecido por Israel al permitir que los cristianos vivan en paz.
El cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias orientales, llegó a principios de octubre.
Sandri es responsable de ayudar y guiar a las iglesias católicas autónomas que se mantienen leales a Roma después del gran cisma de 1054. Esas iglesias enfrentaron una amenaza constante en los últimos años por el terrorismo interesado en destruir su forma de vida.
El cardenal ve a Israel como un socio en la lucha para erradicar el extremismo.
El cardenal sirvió al papa Juan Pablo II, como mano derecha durante los primeros años de la reconciliación histórica con Israel.
«Estamos obligados, como cristianos, a evitar el antisemitismo, pero también a hacer frente al antisemitismo, porque al final del día, nosotros [cristianos y judíos] venimos de la misma raíz», explicó Sandri al medio Israel Hayom en una entrevista.
Sandri es una de las figuras más importantes del Vaticano en los últimos años y se sienta en el Colegio de Cardenales que elige al Papa. Llegó a Israel como invitado de Tierra Santa.