Queridos hermanos/as, ¡hoy más que nunca estamos unidos!
Las atrocidades vividas el último Shabat, el día de Simjá Torá, quedarán marcadas en las páginas de la historia de nuestro pueblo, como uno de los días más terribles. Estamos viviendo todos, todos los judíos en el mundo, una realidad que ni en la peor de las pesadillas, podríamos haber imaginado que nos tocaría vivir. El odio de los criminales asesinos que sin piedad matan a sangre fría a familias enteras, bebés, niños, jóvenes, ancianos y adultos en sus casas, cometiendo inimaginables atrocidades, nos ponen en una situación extrema e incomprensible. El secuestro sin piedad de personas de todas las edades para ser usados como rehenes y las atrocidades que los secuestrados pueden estar pasando, no nos deja más opción que la de defendernos. Defendernos sin barreras.
Defendernos siendo conscientes que nunca más permitiremos que esto nos pase. Defendernos siendo humanos con valores, pero conscientes y con la claridad de que nos defendemos de personas que no respetan los más mínimos valores humanos. Incomprensible tanta maldad.
La misión que tenemos frente es demostrar a todos nuestros enemigos, a todos los antisemitas, a todos los que no nos quieren ver más en este país o en ningún otro, que no podrán frente a nuestra convicción en el destino común del pueblo judío, su derecho a existir, y a tener su propio Estado.
El pueblo judío ha sufrido durante toda su historia. Historia milenaria, que brindó y brinda a todos los pueblos, un inmenso legado de valores. Después de dos mil años de exilio, retornamos a nuestro hogar nacional, el Estado de Israel, hogar que todo judío que así lo desee, puede llegar y vivir una vida judía como norma, en un Estado judío y democrático. Durante setenta y cinco años, le demostramos al mundo lo que es tenacidad, imaginación y solidaridad. Hay mucho para mejorar, muchas cosas en Israel son discutidas y cada persona tiene su concepción de vida. El retorno a esta tierra es el retorno al judaísmo y el retorno a los valores que emanan de nuestra historia. Valores de respeto, tolerancia, santidad de la vida, todos valores básicos de la democracia.
Queridos hermanos/as, en estos días tan difíciles para todos, somos todos un solo pueblo, tenemos un destino común, que más allá de las divergencias, nos pone frente a las páginas de la historia, juntos, para sobrellevar esta tragedia y volver a fortalecernos. Esta es la garantía de que todos los que nos odian, perderán la batalla.
*Titular del departamento de Noar ve Jalutz
Organización Sionista Mundial