Itongadol.- La subdirectora del ulpán Etzión, Yael Atal, recibió a Itongadol en Israel unos días antes de la llegada de la primera camada de Aliá Protegida, el nuevo programa de CUJA-Keren Hayesod. En relación a eso, Atal aseguró: «No quiero que los chicos sean diferentes, espero que puedan ser parte del grupo, pero con sus estudios particulares»
– ¿Qué es Aliá Protegida?
– La Aliá Protegida es un grupo de una veintena de jóvenes no académicos de la Argentina, que provienen de una situación socioeconómica baja y reciben la oportunidad de comenzar un proceso de hebreo y una profesión, hacer aliá, venir a nosotros por más hebreo y profesión, y salir cuando ya pueden trabajar acá. En general, en el ulpán Etzión son todos académicos, así que recibirán energías, una motivación y podrán avanzar mucho más.
– ¿Por qué llegan precisamente acá?
– Debido a que si los ponemos en un lugar solo para gente como ellos, entonces permanecerán en una situación baja. Queremos hacerlos volar, elevarlos, que estén con académicos… Ese es el mejor ulpán que hay en Israel. No soy docente aquí, puedo decirlo… Entonces, si están en una situación difícil, ¿por qué no agarrarlos para algo bueno?
Aliá Protegida es un programa que ofrece oportunidades a jóvenes judeoargentinos de entre 20 y 30 años que atravesaron situaciones de vulnerabilidad, como pobreza, exclusión o problemas familiares, y a quienes ahora les espera un promisorio futuro
– Es la primera vez que llegará al ulpán un grupo como este, ¿qué expectativas tiene?
– Hablé con varias personas y conocí a los jóvenes por Zoom. Tengo un expediente de cada uno de ellos: quién es, cómo es su familia, qué quiere, qué tiene, qué sabe… Es la primera vez y siento que ciertamente estamos listos y los estamos esperando. Sabemos que hicieron un proceso completo de estudio allá (en la Argentina). Estamos en contacto con las autoridades de Absorción y Empleo de la municipalidad y hay un montón de socios: el Keren Hayesod, La Agencia Judía… Todos trabajamos juntos… Es un grupo chico -una veintena no es mucho-, pero todos trabajamos a su alrededor para que tenga éxito y sean más en el próximo ciclo.
– ¿Qué tiene este grupo de diferente con el resto de la población del ulpán?
– No quiero que sea diferente… Espero que no sea diferente… Espero que puedan ser parte del grupo (general), pero con sus estudios particulares…
– …Pero es nuevo que tantas instancias se hayan involucrado…
– …Y quisieron ayudar a gente que estaba en un lugar muy bajo y sola no habría podido venir… Son más jóvenes, están en una peor situación, no conocen Israel y parte de ellos ni siquiera sabía sobre esta opción…
Aliá Protegida cuenta como socios a La Agencia Judía para Israel, la Organización Sionista Mundial, el Ministerio de Aliá y Absorción de Israel, la Municipalidad de Jerusalem, ORT, la AMIA, las fundaciones Jabad y Tzedaká y kehilot del Interior, entre otros entes, así como donantes particulares.
– ¿Es una oportunidad única la que les ofrecen a los jóvenes?
– A mi modo de ver, todo lo que hace el Estado de Israel es salvar a los judíos, al menos de la asimilación… Algunos son ricos y otros no, pero el Estado de Israel todavía es la casa y el refugio para preservar eso que nos hace judíos. Creo que aquí es donde podemos cuidarnos como judíos. Somos una casa, somos una familia y les irá bien…
– ¿Hace cuántos años trabaja aquí?
– En este centro de absorción… 22. No siempre con jóvenes, también hubo familias…
– ¿Qué tipo de problemas suele verse a diario?
– Una persona que era médica y tenía trabajo y una clínica llega acá y es como un bebé: tiene que empezar de nuevo. Decir «Hola», recibir un documento… todo desde el principio. Esta es la mayor dificultad… Estar lejos de la familia… Aun si soy un treintañero, no es fácil estar sin papá y mamá, sin los amigos… Verdaderamente es empezar desde el principio. Muchas veces es por sionismo y por voluntad, pero aun así la dificultad existe.
– En base a su experiencia, ¿a quién le resulta más sencillo?
– Le resulta más fácil a quien tiene expectativas alcanzables, a quien sabe dónde llega… Si una persona llega a Israel y le dicen: «¡Ah! Dentro de un año vas a trabajar, vas a tener una clínica y una casa»… Entonces llega acá y… ¡boom! Explota…
– ¿Hay muchos casos así?
– Hay así y «asá»… Hay de esos a quienes sus amigos le dijeron: «Sí, vení», pero estaba en medio de sus estudios, había hecho tres años y cuando llega a Israel, tiene que empezar todo desde el principio. Si no confirmó las cosas, si no le dijeron: «Un momento, terminá los estudios y vení dentro de un año»…
– Si algún olé tiene un problema, ¿ustedes tienen tiempo para ocuparse de trabajar en eso?
– Sí, pero todavía no somos magos… Podemos en la medida que esté a nuestro alcance… No puedo decirle: «Bueno, quedate otro año». No tengo una opción como esa. Pero puedo ayudarlo a encontrar socios y un departamento, a decidir… Sos psicólogo… No hay trabajo para un psicólogo que solo tiene el título de grado, andá a estudiar algo más… Podemos asesorarlos…
– ¿Qué diferencias nota con la aliá de décadas anteriores?
– Pienso que hoy la aliá… por supuesto que todavía hay sionismo, pero es mucha más la que tiene que ver con el «cambia el lugar, cambia la suerte». Ahí la situación económica no era buena… Era terrible en Venezuela, entonces me vine para acá… No siempre funciona porque a veces te traés los problemas con vos y siguen existiendo…
Además de ser realista, hoy también tienen más posibilidades: ¿querés saber qué hacés con tu profesión? Te fijás en Internet. Cuando aún estás en la Argentina podés saber todo, verificar qué documentación necesitás… Todo es abierto… Si no podés encontrarte con tu familia, ella ciertamente está en tu mano: podés verla por WhatsApp… Hay cosas que son más fáciles… y otras que no.