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Itongadol/AJN.- El recientemente fallecido titular de la Unidad Fiscal Especial de Investigación del Atentado a la AMIA, Natalio Alberto Nisman (foto), había nacido en Buenos Aires el 5 de diciembre de 1963, de modo que acababa de cumplir 51 años.
Hijo de un empresario textil que le costeó sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, rindió la mitad de las materias libres, se recibió de abogado con un promedio de 8 y comenzó a trabajar en Tribunales.
Nisman inició su carrera como fiscal en Morón y su experiencia en juicios orales le valió su incorporación a la causa por el atentado a la AMIA, en la etapa de preparación del debate oral que se sustanció entre 2001 y 2004 y finalizó con todos los imputados sobreseídos.
Hacia el final del mismo se distanció de sus colegas Eamon Mullen y José Barbaccia e incluso los denunció por desviar la causa, entre otros delitos, en complicidad con el entonces juez Juan José Galeano.
Terminado el juicio y con la causa al borde del abismo, el presidente Néstor Kirchner lo nombró a cargo de la flamante Unidad Fiscal Especial de Investigación.
Nisman retomó la instrucción de Galeano y la robusteció en la parte vinculada a los imputados iraníes, al punto de recuperar el aval de Interpol con la emisión de cinco “circulares rojas” de captura internacional, en 2005.
Paralelamente le fue encomendado investigar todos los detalles aún desconocidos del atentado y la acusación contra el último poseedor de la camioneta Trafic utilizada como coche-bomba, sus secuaces y otros involucrados en la “conexión local”, así como de los encubridores que desviaron la pesquisa.
Nisman tenía delegada la causa por parte del juez Rodolfo Canicoba Corral, más allá de los cruces entre ellos de los últimos días.
En el primer punto, identificó al presunto conductor suicida y avanzó en la individualización de la camioneta empleada.
Respecto del segundo, volvió a elevar a juicio oral a Carlos Telleldín, pero se ignoran otros avances en ese sentido.
Y acerca de las “irregularidades”, a cuyo cargo está el juez Ariel Lijo, Nisman impulsó la realización de juicios -todavía pendientes- contra más de una decena de individuos, encabezados por el ex presidente Carlos Menem, Galeano, Telleldín, su concubina y su abogado, un ex secretario de Inteligencia, un ex líder comunitario, un par de ex jefes policiales y sendos espías, etc.
Además investigaba a varios otros ex funcionarios políticos y policiales y abogados, incluido el titular de la Cámara de Casación bonaerense.
En los últimos años también había publicado un par de voluminosos informes que comprometían a Irán con la autoría ideológica del atentado, el más reciente de los cuales acusaba a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el canciller Héctor Timerman y el diputado Andrés Larroque, entre otros, de encubrir a los imputados de esa nacionalidad a través de un elaborado plan que habría culminado con el inconstitucional Memorándum de Entendimiento entre ambos países, en paralelo con la causa judicial.
Justamente, la dudosa muerte de Nisman se produjo horas antes de defender y ampliar esta novedad ante una comisión parlamentaria.
El fiscal, quien también dictaba clases en las universidades de Buenos Aires y Belgrano, estuvo casado con la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, con quien tuvo dos hijas.