Un grupo de países europeos que integran el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se preparan para condenar en forma conjunta a Israel por sus planes de viviendas para colonos judíos en Jerusalem Oriental.
Así lo reveló una fuente diplomática europea citada por el portal de noticias Ynet que anticipó sobre la protesta europea al plan de Israel de construir 1.500 viviendas en un área sensible conocida como E1.
"Estamos trabajando en una declaración de los países miembros de la Unión Europea en el Consejo de Seguridad sobre este tema", dijo la fuente, añadiendo que se publicará en los próximos días.
Los cuatro miembros europeos son Francia, Gran Bretaña, Alemania y Portugal.
Funcionarios diplomáticos revelaron que el comunicado de condena se presentará a los miembros del consejo, pero los países europeos no están interesados que se apruebe como una declaración oficial.
La declaración de los principales países europeos en el cuerpo más poderoso de la ONU sería un acto simbólico, pero sin embargo de alto nivel de descontento con los israelíes.
Francia y Gran Bretaña, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad, convocaron a los embajadores de Israel en sus capitales a principios de diciembre tras la decisión del primer ministro Benjamin Netanyahu de frenar la liquidación de los recursos fiscales asignados a la Autoridad Palestina.
"Una vez que pasen las elecciones en Israel en enero, esperamos que haya decisiones más razonables adoptadas (por los israelíes)", dijo la fuente.
El canciller francés, Laurent Fabius, dijo la semana pasada que era imperativo que Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos tengan una participación más directa en las negociaciones de paz.
La canciller alemana, Angela Merkel, habló en repetidas ocasiones contra los asentamientos, pero su gobierno no se fía de ser demasiado duro con Israel, cuya seguridad fue declarada de interés clave para Alemania.
Alemania es considerado como uno de los más firmes aliados políticos de Israel en la Unión Europea.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue inquebrantable frente a la crítica, y se comprometió a continuar la construcción en Jerusalem Este.
"Jerusalem es la capital eterna del Estado de Israel y vamos a seguir construyendo allí. Una Jerusalem unida expresa un amplio acuerdo nacional", dijo en la norteña ciudad israelí de Acre.
El vocero de la Cancillería israelí Yigal Palmor se negó a comentar sobre la iniciativa europea en el Consejo de Seguridad, argumentando que nada es oficial.
No obstante, Palmor dijo que la idea de actuar en las Naciones Unidas sólo reduce las posibilidades de reanudar las conversaciones de paz, e insistió en que la única forma de avanzar en las negociaciones era "convenciendo a los palestinos de que vuelvan a la mesa de negociaciones".
"Jugar con resoluciones de la ONU nos llevará al camino contrario", agregó. "Así que es su elección que hacer, un paso adelante o dos pasos hacia atrás", insistió Palmor.
Las autoridades israelíes restaron importancia a la crítica internacional, aunque los funcionarios admitieron que el enfriamiento de las relaciones con Europa es un motivo de preocupación.
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