El éxito reciente de la Autoridad Palestina en la ONU, el estancamiento de las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos y los logros observados por Hamas tras la Operación Pilar Defensivo derivaron en una mayor agitación en la Ribera Occidental, y el Ejército israelí se mostró preocupado porque el área puede pronto llegar a un punto de ebullición.
Según los datos que maneja el servicio de seguridad Shin Bet, los disturbios en la zona podrían derivar en una tercera Intifada, que podría ser más violenta que las que tuvieron lugar en 1987 y 2000.
En semanas recientes, el número de detenciones efectuadas por las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina contra agentes de Hamas en Cisjordania cayó en picada, e incluso la administración palestina ya no parece motivada para poner coto a las actividades de los terroristas en la zona.
Casi al mismo tiempo, la inteligencia militar alertó sobre un aumento en la aparición de grupos terroristas, que se sospecha están planeando ataques contra soldados y civiles israelíes.
Según los datos, 130 ataques o intentos de ataques fueron lanzados desde la Ribera Occidental sólo en noviembre, la mayor parte de los cuales fueron clasificados por el sistema de defensa como "difíciles de contener."
No obstante, una fuente militar de la División Judea y Samaria de las Fuerzas de Defensa de Israel dijo a Ynet: "Somos capaces de llegar a todos los ataques con tiempo, incluso a aquellos que lanzan cócteles molotov o tiran piedras a los coches".
El oficial aclaró que a pesar de la tensión palpable en la Ribera Occidental, el ambiente está todavía muy lejos de parecerse al que dio lugar a la Intifada de al-Aqsa.
"Vamos a tener una mejor evaluación de la situación en marzo, después de que los palestinos conmemoren la Nakba y los días Naksa y el Día de los Prisioneros. Esa es una ventana crítica. Los palestinos tienen un claro interés en mantener su coordinación (con las IDF) y la calma en la zona. Es un bien para ellos”, argumentó.
Lo cierto es que Israel apuesta a las tareas de inteligencia en la zona, que ya permitieron la detención de cinco células terroristas en el sector de Ramallah en los últimos cuatro meses. Estos grupos estaban planeando secuestrar soldados.
La decisión de reforzar la seguridad no es casual, ya que próximamente los 1.027 prisioneros palestinos que fueron liberados por el soldado israelí Gilad Shalit terminarán con el plazo del exilio estipulado en el acuerdo.
El Ejército israelí considera Ramallah como un barómetro de la atmósfera en la Autoridad Palestina.
Según una fuente militar de alto rango: "Hay dos escenarios que pueden indicar el futuro: La reapertura de la Ribera Occidental a Hamas y la suspensión total de los operativos de arresto de los terroristas de Hamas”.
Sin embargo, destacó que ambs situaciones eran teóricas, y requerirán de "una relación más estrecha" entre Fatah y Hamas.
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