Los manifestantes sociales de Holon piden reconstruir las estructuras de madera ya que luego muchos habitantes se sintieron sin hogar. El alcalde de Tel Aviv dice que los campamentos no pueden existir indefinidamente.
La policía de Israel comenzó a desmantelar los campamentos de las manifestaciones sociales hoy en Tel Aviv y Holon, menos de dos meses después de que los activistas armaran las carpas para manifestarse contra el costo de vida del país.
Los inspectores de la municipalidad de Holon, acompañados por una gran fuerza policial, llegaron al campamento de las protestas sociales en el barrio Jesse Cohen a media mañana y comenzaron a desarmar las estructuras de madera improvisadas que fueron construidas por los activistas.
“Lo destruirán y traeremos madera y lo volveremos a construir”, dijo el jefe del comité vecinal, Nissan Zacharia.
La limpieza de Tel Aviv se hizo en el Boulevard Rothschild, la calle Nordau, Ben-Gurion y el Parque Levinsky.
El alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, defendió la decisión de la ciudad de comenzar a desarmar las ciudades de carpas y le dijo a Radio del Ejército que los sitios “no podían ser permanentes”. “Simplemente no funciona de ese modo. No pueden seguir controlando el espacio público. No estamos echando a la gente, estamos sacando las carpas que ya están vacías”, agregó.
También dijo que las carpas comenzaron a impactar en las vidas de aquellos que viven en las vecindades y que el área se había convertido en un espacio sucio, que había traído problemas y “ratas”. “La ciudad de carpas, como protesta, está terminado. Nos estamos ocupando del entorno”, dijo Huldai.
Los líderes de las protestas lanzaron una declaración luego de los comentarios del alcalde y criticaron a la municipalidad de Tel Aviv y Huldai por comenzar a desmantelar los cuatro sitios de acampe más grandes de la ciudad luego de prometer públicamente el día anterior que no tenían intenciones de echar a los activistas.
El vocero de los manifestantes, Roy Neuman, dijo en una declaración que los “inspectores llegaron en la oscuridad, como si fuese una operación militar, para golpear la mayor protesta social de la historia del país, como si los activistas fueran enemigos del estado y no ciudadanos cubiertos por la ley”.