Itongadol.- El jefe del Shin Bet, Ronen Bar, presentó el lunes su declaración jurada ante el Tribunal Supremo en respuesta a los esfuerzos del primer ministro Benjamin Netanyahu por despedirle. Contenía una carta pública y una segunda parte que sigue siendo confidencial. Bar dijo al tribunal que iba a dimitir y que anunciaría el momento en breve.
La Oficina del Primer Ministro (PMO) emitió un comunicado poco después, afirmando que Bar mentía y presentaba una «declaración jurada falsa».
«El Primer Ministro me habló repetidamente de sus expectativas de que el Shin Bet tomara medidas contra los civiles implicados en protestas contra el Gobierno. Se me dijo que proporcionara detalles sobre la identidad de civiles, activistas en el movimiento de protesta, que habían estado siguiendo a funcionarios electos que estaban sujetos a los detalles de seguridad del Shin Bet», dijo Bar en su declaración jurada. «Se me dejó clara la expectativa de que vigilaría a los ‘financiadores de las protestas’. También quedó claro, en las conversaciones sobre las protestas, que si se producía una crisis constitucional, yo debía obedecer al primer ministro y no al Tribunal Supremo.» Bar señaló que los detalles completos del asunto se facilitarían como parte de la declaración jurada clasificada.
Bar dijo que había definido criterios para la subversión y la actividad encubierta con potencial de violencia que requerirían la participación del Shin Bet. «En asuntos que podrían haber cruzado la línea, consultamos al fiscal general para asegurarnos de que no se abusaba de la autoridad del Shin Bet», dijo.
Las peticiones del primer ministro para actuar en contra de esos criterios fueron rechazadas, dijo Bar. «En bastantes casos, solicitó discutir esos asuntos después de que las reuniones hubieran terminado y después de haber dicho a su ayudante militar y al secretario que estaba grabando las reuniones que abandonaran la sala, con el claro objetivo de que sus palabras no fueran grabadas», añadió.
Bar escribió que presentaba la declaración jurada por su deber para con los ciudadanos de Israel y su grave preocupación por la capacidad de los futuros jefes del Shin Bet para preservar la profesionalidad y la independencia de la agencia de seguridad de acuerdo únicamente con su finalidad legal, a pesar de las presiones que pudieran ejercerse sobre el futuro jefe de la agencia para que actuara sin estar bajo la amenaza de un despido improcedente.