Israel ha calificado de «intolerable» el uso de símbolos nazis por el príncipe Enrique de Inglaterra, quien ha provocado un escándalo en su país tras disfrazarse de nazi para una fiesta privada.
El príncipe Enrique, controvertido segundo hijo del heredero de la corona británica, al vestirse como soldado nazi en una fiesta de disfraces ha desatado una nueva gran polémica, pese a disculparse por el hecho. El diario «The Sun» despliega hoy en portada una amplia foto del príncipe, de 20 años, con bebida y pitillo en mano, con el uniforme nazi del desierto y la típica esvástica negra con campo blanco redondo en un brazalete rojo.
«El uso de símbolos nazis es siempre intolerable, especialmente para Israel y para los judíos, y no podemos mostrar tolerancia ni comprensión», afirmó hoy el ministro de Exteriores de Israel, Silvan Shalom, en una rueda de prensa en Tel Aviv.
«Creo que cualquiera que trate de justificarlo con el argumento de que se trata de un mero comportamiento de mal gusto, con ello puede alentar a otros a pensar que aquella época no fue tan terrible como tratamos de inculcar a las jóvenes generaciones en el mundo libre», agregó.
Shalom recordó que tan sólo dentro de dos semanas se conmemorará la liberación del campo de exterminio de Auschwitz (Polonia), donde los nazis mataron a cerca de un millón y medio de personas, la mayoría judíos.
El disfraz del príncipe, que ya ha pedido disculpas públicamente tras aparecer la fotografía en las portadas de los principales periódicos británicos, ha conmocionado además a las organizaciones judías. «Ha sido un acto vergonzoso e insensible para con las víctimas, no sólo para aquellos soldados de su propio país que dieron la vida para derrotar al nazismo, sino también para las víctimas del Holocausto», dice un comunicado del Centro Simon Wiessenthal difundido a la prensa israelí.
La organización, dedicada a la busca y captura de criminales de guerra nazis y a documentar el Holocausto, también exhortó al príncipe Enrique a que acompañe la delegación de su país a las conmemoraciones por el 60 aniversario de la liberación de Auschwitz el próximo 27 de enero.
Conmoción en Gran Bretaña
«Enrique el nazi» es el titular del diario sensacionalista «The Sun», que muestra al joven en la fiesta de cumpleaños de un amigo, Harry Meade, el pasado sábado en el condado de Wiltshire, en el suroeste de Inglaterra. Meade, de 22 años, pidió a 250 amigos que eligieran disfraces vinculados con «lo colonial y lo indígena» para la extravagante juerga.
El hermano mayor de Enrique, el príncipe Guillermo, parece que fue más discreto y acudió con un atuendo de león que él mismo preparó.
Ésta no es la primera vez que el nieto de la reina Isabel II, tercero en la sucesión a la corona, es portada de los periódicos, aunque en esta ocasión causó un revuelo nacional en un país que todavía tiene fresco el recuerdo de los bombardeos nazis en Londres durante la Segunda Guerra Mundial (1939-45).
Para limitar el daño, la administración de Clarence House, residencia oficial del príncipe Carlos, emitió anoche un comunicado en el que Enrique expresó sus disculpas por haber causado alguna ofensa. «Fue una mala elección de disfraz y me disculpo», señaló la nota.
Pese a todo, políticos, organizaciones judías y muchos comentaristas se unieron en condenar hoy el episodio, que se produce días antes de las conmemoraciones sobre el sexagésimo aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz (Polonia).
La reina Isabel II ha invitado este mes a supervivientes de Auschwitz a una recepción en el palacio de Saint James, mientras que el próximo día 27 acudirá al Palacio de Westminster para participar en la conmemoración del Día del Holocausto.
El primer ministro, Tony Blair, admitió, a través de un portavoz: «Está claro que se ha cometido un error y esto ha sido reconocido por Enrique. Pero parece mejor que este caso quede en manos de la Casa Real».
El diputado laborista Doug Henderson, ex titular de las Fuerzas Armadas, ha cuestionado el planeado ingreso del príncipe en la prestigiosa academia militar de Sandhurst, a la que espera incorporarse a finales de este año. «No creo que este joven esté capacitado para Sandhurst», afirmó contundente Henderson. «Si fuera otra persona, la solicitud no sería considerada. Sería retirada inmediatamente», agregó.
Este nuevo desliz se añade a otros que ha protagonizado el príncipe, como el ocurrido el pasado octubre, cuando agredió a un fotógrafo al salir de una discoteca en el centro de Londres, al parecer con alguna copa de más. El año pasado, el joven acaparó la atención de la prensa al revelarse que una profesora del exclusivo colegio secundario de Eton acusaba al príncipe de hacer trampa en unos exámenes de acceso a la Universidad.
El príncipe Carlos ha hecho más de un esfuerzo por encarrilar a su hijo, como cuando lo llevó a un centro de rehabilitación de toxicómanos tras ser sorprendido fumando marihuana a los 17 años. Carlos quería que su hijo, quien al parecer se ha emborrachado en varias ocasiones, conociera de primera mano los efectos de las adicciones.
Fte LVD