El proyecto básicamente consiste en convertir tierras semiáridas en cultivables, tema en el que Israel posee una tecnología difícil de empardar. Los terrenos están en la localidad salteña de Yuto, ubicada en el kilómetro 1.800 de la Ruta 81. «Los técnicos de la universidad habían viajado ya tres o cuatro veces a Salta, y nos dijeron que para ellos ésas no son tierras áridas. ‘Aridas son las que tenemos en el desierto del Néguev’, bromeaban-», cuenta el ejecutivo. Maffioli enfatiza: Siempre buscamos socios tecnológicos de primera línea; Fiat cuando hicimos autos, Bell South en Movicom, Impresit en construcciones, y ahora esta universidad israelí, que es la que más conoce del tema tierras áridas.La semana pasada, directivos de SOCMA le presentaron el plan de negocios al gobierno nacional. «La idea es que, si el proyecto de Salta funciona, podría replicarse en 15 o 20 módulos más en el resto del país: no se olvide que 75% del territorio nacional son tierras áridas», dice Maffioli. De concretarse, estos módulos podrían dar empleo a unas 80.000 personas, asegura. En estos nuevos módulos, el «joint venture» entre SOCMA y la Ben Gurion (a través de su brazo profesional Ben Gurion Consulting) aportará el «know how», pero no participará en la propiedad de las tierras.Macri tiene en Salta unas 20.000 hectáreas; de esa superficie, unas 2.000 se destinarán a cultivos intensivos (frutas especiales, apicultura, horticultura, flores, hierbas aromáticas, etc.) que se destinarán casi totalmente a mercados externos. «Creemos que el potencial de exportación son unos u$s 20 millones. Y como se trata de cultivos de mano de obra intensiva, emplearemos a unas 8.000 personas (cuatro por hectárea)», adelanta Maffioli. El resto del terreno se destinará a ganadería (unas 4.000 hectáreas), cultivos extensivos, como soja, trigo, maíz, etc. (unas 8.000 ha) y bosques (6.000 ha). Maffioli dice que «el desarrollo se hará en tres etapas. La primera, que ya está en marcha, son las recomendaciones hechas por los técnicos israelíes, que ya viajaron a Salta varias veces, de lo que tenemos que plantar y qué hacer para mejorar la productividad de la tierra. La segunda, que arranca en los primeros días del año que viene, es lo que denominamos ‘producción intermedia’, o sea, el inicio del cultivo de los productos que luego serán el centro del cultivo intensivo. Esta última etapa comenzaría a principios de 2006.•VariedadEl ejecutivo no quiere adelantar cuáles serán esos productos, y mucho menos a qué mercados los destinarán, pero los trascendidos indican que harán desde granadas (la fruta de moda hoy en Europa, por sus propiedades curativas) hasta flores especiales y hasta pimientos negros, muy pedidos en algunas naciones europeas. «La mayor parte de estos cultivos será casi a pedido de los compradores, por lo que su colocación está casi asegurada; primero buscamos el mercado y luego aplicamos la tecnología al campo para ese producto», asegura el ejecutivo.Las características del clima salteño, dice Maffioli, hacen casi innecesario el uso de plaguicidas, herbicidas y otros químicos. «Apuntamos a una producción totalmente orgánica, etiqueta que hoy asegura un altísimo valor agregado.De todos modos, el negocio agropecuario no será el único en que Macri buscará asociarse con Israel: las autoridades de ese país le pidieron que participe en la licitación internacional convocada para construir la «Línea Roja», un complejo de transporte polimodal (subte, tren, tranvía) que se extenderá a lo largo de 32 kilómetros en Tel Aviv.Deberá competir, entre otros grupos, con la alemana Siemens.2004-12-28 / Ambito Financiero Por Sergio Datillo