Por R.Kollmann.-Pag12
A lo largo de más de diez años demostramos que la investigación era un fraude, el juicio oral y el fallo posterior así lo confirmaron, y hoy la sociedad argentina lo sabe. Los lunes fueron protagonistas de esa historia de denuncia pública contra el poder. Desde esta semana continuaremos la pelea contra los encubridores, luchando para que el Estado investigue de una vez por todas, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con la denuncia al Estado argentino y también en la calle cuando corresponda», sintetizó Diana Malamud, una de las fundadoras de Memoria Activa (MA).
En el acto de mañana habrá diez oradores. Cada uno de los integrantes de MA hablará dos minutos, cerrando un ciclo en el que hablaron prácticamente todas las personalidades argentinas y muchísimas internacionales, como el Premio Nobel Elie Wiesel. La idea de convocar todos los lunes a las 9.54, la hora del atentado, fue concebida como una forma de los familiares de hacer oír el reclamo de justicia. Con el tiempo, se convirtió en una tribuna que iba contra la corriente, diferenciándose en forma nítida de los gobiernos y de las autoridades de la comunidad judía, en especial la DAIA, que tendió a respaldar la historia oficial gestada en la Casa Rosada y en el juzgado de Galeano. Más allá del resquebrajamiento que se produjo entre los familiares, «Memoria Activa continuó en la plaza con el objetivo de mantener la denuncia pública contra la falta de voluntad política que se veía en la investigación. Hubo un momento en que el Estado argentino tenía apenas a ocho personas trabajando en el supuesto esclarecimiento del atentado más grande ocurrido en el país. Todo, todo, evidenciaba que se quería tapar la trama oculta de negocios, complicidades y promesas políticas que se escondían detrás del atentado», resumió Malamud.
Otros integrantes de Memoria Activa recordaron que «la plaza» fue clave para respaldar en forma pública el trabajo de los abogados Alberto Zuppi y Pablo Jacoby. MA se constituyó como querellante diferenciado de DAIA y AMIA y fue parte del esfuerzo que resultó clave en el juicio oral: que se obligara a declarar a los agentes de la SIDE que participaron en la investigación. «Contra viento y marea, chocamos con los gobiernos de Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, e incluso con la oposición de la DAIA, que decía que si declaraban los agentes de la SIDE se violaba un secreto de Estado. En la plaza de lunes a lunes insistimos en que los hombres de la SIDE debían declarar, lo que llevó finalmente a que se develara la historia clandestina del pago a Telleldín.» El fallo del Tribunal Oral fue lapidario y prácticamente le dio la razón a Memoria Activa en todas las denuncias sobre las maniobras realizadas alrededor de la investigación del atentado.
«Hoy está instalada en la sociedad la idea de que hay impunidad, de que hubo una trama de encubridores del Estado, los gobiernos y la Justicia. A lo largo de diez años, un pequeño grupo de familiares y amigos hicimos un esfuerzo titánico y muchísima gente nos ayudó todos los lunes. Ahora pasamos a otra etapa –concluyó Malamud–. Seguiremos adelante para denunciar el escandaloso comportamiento de miembros del Consejo de la Magistratura en el demorado juicio político a Galeano; somos parte en la causa judicial, también demorada, en la que se investigan las irregularidades de la causa AMIA, estamos a la espera del informe del veedor de la Comisión Interamericana que asistió al juicio oral y continuamos allí con la denuncia del Estado argentino. Y por supuesto, estaremos en la calle o en una plaza todas las veces que sea necesario.»