BBC.-Shevaj Weiss, ex presidente del Parlamento israelí y miembro del directorio de la organización israelí Yad Vashem -encargada de conservar la memoria del Holocausto-, defendió el plan de retirada.
«Es verdad que la evacuación duele. Pero los colonos se trasladarán a territorio de su propia patria, recibirán indemnizaciones y serán recibidos con amor. Nadie cortará sus barbas. Nadie los obligará a cavar fosas de muerte junto a las que les dispararán y en las que los sepultarán. Nadie los lleva en trenes de animales a la rampa de Auschwitz-Birkenau para que los clasifiquen y los manden a trabajos forzados o a las cámaras de gas», señaló.
Asentamiento de Neve Dekalim, en Gaza.
El plan prevé la evacuación, en 2005, de 25 asentamientos israelíes en Gaza y Cisjordania.
La gran preocupación de fondo, a diversos niveles, se refiere al alcance de la abierta oposición de los colonos a su retirada.
La gran pregunta a la que nadie puede responder por ahora es si con los pronunciamientos de los últimos días no se está preparando el terreno para un violento choque durante la evacuación.
El plan de retirada unilateral de Israel es impulsado por el primer ministro de ese país, Ariel Sharon, quien sostiene que es la única forma de alcanzar la paz el Medio Oriente.
El proyecto -que no está contemplado en la «Hoja de Ruta», el plan internacional de paz para la región- pasó la aprobación inicial del Parlamento y el gabinete en los últimos meses.
Tras resistir el rechazo de su propio partido, el Likud, Sharon tuvo que buscar apoyo en los opositores laboristas y amenazar con destituir a los ministros de su gabinete que votaran en contra del plan.
El proyecto, que logró el aval de Estados Unidos, prevé la evacuación en 2005 de los 21 asentamientos israelíes de Gaza y otros cuatro del norte de Cisjordania.