Las negociaciones entre los partidos Likud y Laborista para la creación de un gobierno de unidad nacional en Israel han entrado en una nueva crisis debido a un obstáculo de carácter jurídico.
Se trata de la imposibilidad de habilitar dos cargos de viceprimer ministro en funciones, uno que actualmente ocupa Ehud Olmert, delfín del primer ministro Ariel Sharón, y otro, nuevo, para el jefe del laborismo, Simón Peres.
La legislación israelí permite un solo cargo de ese tipo, por lo que es necesario alterar la Ley Básica del Gobierno para que también Peres pueda ocuparlo, según el pacto de coalición que ambos partidos alcanzaron el sábado.
El Likud y el partido Laborista han cerrado ya todos los detalles de su acuerdo, cuya aplicación sólo está pendiente de que el primer ministro consiga reformar la Ley Básica.
Para ello Sharón ha acudido a la Comisión Parlamentaria de Legislación y Justicia, cuyo presidente, el diputado Mijael Eitan, se ha opuesto a un proceso acelerado.
Eitan sostiene que no cooperará en una enmienda a la Ley Básica sin un debate serio sobre la verdadera necesidad de ese cargo habilitado para Peres.
La crisis se ha originado por la negativa de los laboristas a entrar en el gobierno de Sharón en tanto no se enmiende la ley, lo que podría llevar varias semanas. Las enmiendas de las Leyes Básicas, que en su conjunto se equiparan a lo que sería el embrión de una constitución, requieren el voto de 61 de los 120 diputados del Parlamento.
FTe ABR