«Galeano no pagó, esto lo instrumentó la Secretaría de Inteligencia», dijo el juez del caso AMIA, al estilo Maradona, ante el Consejo de la Magistratura. En su sexto día de declaración ante el organismo que analiza su juicio político, Juan José Galeano habló por primera vez de la famosa entrega de 400 mil dólares al reducidor de autos Carlos Telleldín para que acusara a los policías bonaerenses. El magistrado sostuvo que el pago era una recompensa a cambio de información y que fue organizado por el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy, con quien se comprometió a mantenerlo oculto por tratarse de «un operativo comprendido dentro de un secreto de Estado». Este tema es candidato a encabezar los cargos en su contra.
En un nuevo capítulo de su eterna declaración, Galeano volvió a insistir con la teoría de que Telleldín sabía más de lo que decía, «estaba dispuesto a dar información» y «su vida y la de su familia corrían peligro». Así comenzó a justificar el pago, que equiparó con una recompensa. En tono socarrón, desplegó los posters y cajitas de fósforos en los que el Gobierno ofrecía en 1994, en base a un decreto, 3 millones de pesos a quien aportara datos. También dijo que en los encuentros que tuvo con el reducidor de autos antes de la indagatoria en la que inculpó a los policías «no fue inducido o alentado a declarar algo». Según el juez, lo respaldan los videos en los que registró las entrevistas. Sin embargo, esas cintas figuran entre los elementos que más lo complican.
Ni las reuniones con Telleldín ni el pago fueron asentados por Galeano en el expediente. Ayer hizo varios intentos por explicar esa actitud. Argumentó que la entrega de la plata fue un procedimiento a cargo de la SIDE y que él no sabe cómo se hizo ni de dónde salieron los fondos. «Era una cuestión del Poder Ejecutivo, no del Poder Judicial», deslindó. Agregó que una serie de normas secretas lo obligaban como juez a mantener confidencialidad. Aludió especialmente a la ley 20.195, que da carácter reservado a las actividades de la central de espías. «El secreto de la actividad de inteligencia me fue impuesto», se defendió. Dijo que le dio su «palabra» de mantenerlo a Anzorreguy, quien le había advertido que se trataba de un secreto de Estado, y que el mismo compromiso asumió con «el informante y su defensor», como resguardo ante amenazas.
Contra la versión de Galeano, durante el juicio oral por el ataque terrorista, Anzorreguy dijo que fue el magistrado quien solicitó que se le pagara al principal acusado, de lo contrario no podía avanzar en la causa. Por eso, alegó ex jefe de los espías, decidió otorgárselo.
El Tribunal Oral 3 (TOF3), al que Galeano no pierde oportunidad de criticar, lo denunció, entre otras cosas, por la falsedad de la declaración de Telleldín por la que se le abonaron los 400 mil dólares. Para los jueces la negociación de aquella indagatoria fue «ilegal». En ella involucraron tanto al ex ministro del Interior, Carlos Corach, a Anzorreguy y a Galeano, a quienes acusaron de construir una trama para mostrar un culpable. Los miembros de la Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura, se encaminan en un razonamiento similar. Hay varios puntos controvertidos que analizan:
– Las filmaciones de las entrevistas de Galeano con Telleldín mostrarían que su participación fue decisiva en la negociación de la indagatoria, previo pago, de la que surgirían culpables.
– En contradicción con la idea de recompensa que defiende Galeano, como «medio útil» para obtener «información» y «descubrir a los delincuentes en casos aberrantes», en este caso la paga se habría usado para orientar sus dichos sin ser el fin la búsqueda de la verdad. De los videos incluso surge que Telleldín pacta un reconocimiento fotográfico trucho.
– Galeano sostuvo ayer que cuando indagó a Telleldín, él ya estaba investigando la responsabilidad de los policías bonaerenses, luego acusados de haber recibido de manos del reducidor de autos la Trafic usadaen el atentado. «¿Entonces le pagaron la recompensa sin que aportara nada?», le remarcó un consejero. Y el juez terminó dándole la razón.
Entre algunos de sus comentarios para el recuerdo de ayer, Galeano dijo que se consideraba un precursor de las medidas que se tomaron, por ejemplo, en Estados Unidos después del ataque a las Torres Gemelas. «Soy un juez de la democracia», dijo dos veces. Entre sus críticas al TOF3 advirtió que «se lavaron las manos ante un problema tan serio». «Yo volvería a hacer lo que hice si lo considerara necesario», sentenció Galeano cerca del final de su descargo. Aunque la mayoría de los consejeros ya le hizo preguntas, habrá una nueva sesión el jueves a pedido de Jorge Casanovas ya que faltó porque se casaba el hijo y pidió especialmente una nueva audiencia. Casanovas y la menemista Lelia Chaya vienen planteando medidas tendientes a dilatar el proceso. En Acusación, un sector todavía cree que dictaminarían (posiblemente contra el juez) antes de fin de año, pero quizá el tema no llegue a ser tratado en el plenario antes de 2005.
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