Bonadío es el juez que tiene a cargo el expediente sobre las irregularidades cometidas en la investigación del atentado a la AMIA, por las que el Tribunal Oral 3 responsabilizó a Galeano. A su vez, la conducta de este magistrado es analizada por la Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura, que en pocos días pediría su juicio político.
Galeano lleva varios días haciendo su descargo ante el cuerpo de consejeros y en un punto de su declaración dijo: «Perdónenme si es demasiada información. Yo la voy sacando de mis archivos para tratar de instruirlos». Su frase cobraba especial sentido porque fue expulsado del expediente AMIA hace cerca de un año y por los antecedentes de desapariciones y reapariciones de pruebas en la pesquisa. La posibilidad de que tuviera documentación clave en su poder motivó los pedidos de allanamiento del titular de la unidad AMIA, Alejandro Rúa, el jefe de la OA, Daniel Morín, y el fiscal Alberto Nisman.
La resolución de Bonadío en beneficio de su colega llegó sin vueltas. A pesar de que ya estaba firmada, Galeano presentó un escrito en el que decía que lo único que conserva en su poder son fotocopias de la causa, pero ningún original de nada. Al hablar de sus «archivos», aclaró, se había referido a lo que recuerda del tema que tuvo a cargo durante diez años. El juez seguirá declarando ante el Consejo el lunes al mediodía.
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