(EFE).- El Instituto Forense de Abu Kabir, en Tel Aviv, ha identificado hasta ahora a seis de las víctimas de los atentados del jueves en el Sinaí, mientras el Gobierno israelí estudia medidas para restringir las visitas turísticas a lugares de riesgo.
Se trata de los seis únicos cadáveres que las autoridades egipcias han entregado hasta ahora a Israel, a pesar de que el número de israelíes entre las víctimas es al parecer muy superior.
Las víctimas identificadas son: Mijal Alexander, de 27 años; Hafez Hafi, de 39; Roy Avisaf, de 28; Jalil Zeituna, de 10; Einat Naor, de 28; y Valery Segal, de 49.
Las víctimas procedían de distintas partes de Israel y comenzarán a ser enterradas a partir de mañana, domingo.
Al menos otras 27 personas de distintas nacionalidades -entre ellas un bebé cuyo cadáver fue extraído hoy de los escombros- murieron en los tres atentados que se registraron en Taba, Ras A-Saitan y Tarabine.
La peor parte se la llevó el hotel Hilton de Taba en el que han perecido la inmensa mayoría de las víctimas, todas con la excepción de dos.
El coche bomba que estalló a la entrada del hotel llevaba una carga de al menos 300 kilos de explosivos, lo que hizo que una de las partes del establecimiento se derrumbara, aseguraron fuentes de los organismos de seguridad de Israel en una declaraciones que recoge hoy la edición electrónica del diario Yediot Aharonot.
Las fuentes dijeron que los restos del coche se dispersaron en un radio muy grande, lo que es un indicio de la potencia de la bomba.
El número de heridos que causó la explosión fue de 124, de los cuales menos de una veintena permanece aún en centros médicos israelíes.
Los trabajos de búsqueda y rescate de víctimas entre los restos del hotel Hilton continuarán al menos otros dos días, dijo el coronel israelí Gideón Barón, jefe de Rescate del Ejército y quien cifró los desaparecidos entre 5 y 10.
Barón explicó que «conforme transcurren las horas la esperanza de hallar a supervivientes se desvanecen pero que aún es posible encontrar a alguno».
Israel cree que el número de sus víctimas en los atentados ascenderá a alrededor de 20, aunque los cadáveres de quince han sido trasladados a la localidad egipcia de Nuweiba, a unos 45 kilómetros de Taba, lo que ha despertado críticas en este país por el retraso que supondrá su identificación.
Un portavoz del Instituto Forense de Abu Kabir, especializado en la identificación de víctimas de atentados como los de Taba debido a los más de cien ataques suicidas palestinos que Israel ha sufrido desde el comienzo de la Intifada en 2000, pidió a los familiares de primer grado de los desaparecidos que entreguen una muestra de sangre.
Ello después de que las autoridades egipcias transfirieran a Israel muestras de ADN de todas las víctimas mortales en su poder.
En el Sinaí quedan aún unos 1.000 turistas israelíes tras el regreso de cerca de 12.000 en las primeras 24 horas después de los ataques, informó Itsik Hai, director de la terminal israelí en Taba.
Además, alrededor de 1.000 turistas israelíes están también en Egipto pero en lugares a los que no llegaron por la terminal de Taba, según datos del Consulado de Israel en El Cairo.
El Gobierno israelí volverá a reunirse mañana domingo para hacer un balance de la situación y estudiar posibles formas para restringir las visitas turísticas a lugares de riesgo.
El Ejecutivo, que ya celebró ayer un reunión de emergencia en la que acusó a Al-Qaida de estar detrás de los ataques, ha pedido al Consejo de Seguridad Nacional que le presente una clasificación de riesgo por países para que sea distribuida a la población.
A principios de septiembre Israel había advertido a sus ciudadanos de que no viajaran al Sinaí por temor a la «posibilidad concreta» de un atentado, aunque decenas de miles desoyeron las recomendaciones.
Juristas que fueron entrevistados por los medios locales aseguraron que en una democracia es imposible impedir, legalmente, las visitas turísticas a otros países, a pesar de que la legislación israelí lo hace en el caso de países considerados enemigos como Líbano, Siria o Irán, con la ayuda de un conjunto de leyes de excepción aprobado hace décadas.
Analistas políticos advirtieron también de las consecuencias que ello puede acarrear para Israel, por sí mismo un país en situación de conflicto y donde el riesgo de ser víctima de un atentado es mucho más que concreto.