Itongadol/AJN.- Historias de un bullicioso patio poblado por sabios desafortunados y tontos jóvenes que se creen inteligentes colman la clásica novela satírica de Moyshe Kulbak sobre la Minsk soviética, una atractiva y sensible lectura.
La premisa resulta similar a otras queridas obras en ídish de una generación anterior, como “Tevie, el lechero”, de Scholem Aleijem.
Sin embargo, “Los Zelmenyaners” (foto) habla de una experiencia sin precedentes que se desarrolla en tiempo real.
Serializada entre 1929 y 1935, mientras Stalin iba consolidando su poder, la novela traza la evolución de los judíos religiosos entre sus camaradas seculares y de esa pequeña ciudad de Bielorrusia en la agresivamente modernizante Unión Soviética.
Se encuentra al silencioso Bereh, que se casa con su prima Khayaleh rechazando los tradicionales ritos de la boda judía que sus familias querían.
Hay una orgullosa Sonya, que siempre tiene frío porque su madre había “contrabandeado frígida sangre rabínica en la familia”.
Y la intratable matriarca Bubbe Bashe, cuyo último deseo es que alguien “por favor apague la luz eléctrica porque no podría morir con todo ese resplandor”.