Itongadol.- Luego de los importantes disturbios que suspendieron el acto por el 75 aniversario de La Noche de los Cristales Rotos previsto para hoy a las 18.45 en la Catedral de Buenos Aires, una vez que el recinto retomó su calma, el arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Monseñor Mario Poli, pidió hacer uso de la palabra fuera del protocolo para expresar: “Queridos hermanos judíos, siéntanse en su casa”, lo que generó un plauso cerrado por los cientos de asistentes que participaron de la ceremonia.
“Ustedes tienen que sentirse hoy en sus casa, como nosotros nos sentimos a gusto en una sinagoga, así que bienvenidos. Que haya paz, shalom. Esta una ceremonia que siempre privilegió, que lo valora y tanto aprecia el Papa Francisco”, concluyó Poli.
Por su parte, el rabino Sergio Bergman destacó en diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN): “Volvamos a la senda y al camino del entendimiento y la paz. Esto no refleja la sociedad Argentina, es un acto absolutamente marginal tomado en buena fe en el ámbito sagrado que ellos mismos profanan”.
A penas había comenzado el acto, un grupo de 40 personas entre jóvenes y adultos empezaron a rezar con intención de interrumpir la ceremonia que se llevaba a cabo. En una actitud provocativa y a los gritos, quisieron imponer a la fuerza sus rezos con el fin de interrumpir la conmemoración.
Durante media hora, pese a los gritos de los asistentes que les gritaron “nazis”, no cesaron con su actitud. Luego, con la presencia de la Policía decidieron abandonar la catedral, lo que permitió pese al gran tumulto poder comenzar la ceremonia.
La jornada había sido organizada por la Comisión de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la Arquidiócesis de Buenos Aires y la Comisión de Diálogo Interconfesional de B´nai B´rith Argentina, y se preveía la participación de los representantes de la Iglesia Luterana Unida, la Iglesia de los Discípulos de Cristo, la Iglesia Católica Apostólica Romana, la Iglesia Dinamarquesa, la Iglesia Evangélica Metodista y las reflexiones estarían a cargo de Poli y del rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, Rabino Abraham Skorka.
En la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, las SA iniciaron un pogromo en todo el territorio del Tercer Reich, con la profanación de sinagogas y destrucción e incendio de las instituciones y los comercios pertenecientes a judíos.
Los hechos fueron incentivados por las máximas autoridades del régimen nazi y se unieron miembros de la población civil.
Las fuerzas policiales no intervinieron y los bomberos sólo controlaron que los incendios no afectaran a las propiedades “arias”. El pogromo causó cerca de 100 víctimas fatales y una infinidad de judíos fueron apaleados por los atacantes.
Foto: Perfil