Itongadol.- Por primera vez en la historia de la democracia argentina, un rabino fue elegido para formar parte del Congreso Nacional. Sergio Bergman, el primer candidato a diputado nacional del partido Unión PRO por la ciudad de Buenos Aires, ganó ayer las elecciones legislativas con el 34,46 por ciento de los votos.
621167. Ese fue el número exacto de personas que, según datos oficiales de la Dirección Nacional Electoral del Ministerio del Interior, eligieron al rabino en un distrito que representa el 8,29 por ciento del padrón nacional.
Bergman comenzó a marcar terreno en la opinión pública desde que en 2011 asumió como legislador porteño de la mano del jefe de Gobierno Mauricio Macri. Desde ese momento, su lenguaje y frases en referencia a la paz y fraternidad se convirtieron en su rasgo distintivo: “Creo en el diálogo y en la unión en las diferencias”.
Con 51 años y siendo padre de cuatro hijos, alcanzó un triunfo inesperado para la mayoría de los encuestadores, que ponían a su rival del Frente UNEN, Elisa Carrió, en el primer lugar. Sin embargo, en los comicios del 27 de octubre Bergman logró superar sus resultados de las elecciones Primarios, Abiertas, Simultaneas y Obligatorias (PASO), donde obtuvo el 27,56 de los votos. Así, consiguió obtener cinco bancas en la Cámara de Diputados para su partido.
En 1992, Bergman se egresó del Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall Meyer y empezó a oficiar como rabino de la Congregación Israelita de la República Argentina. En 1997, se convirtió en el presidente de la Fundación Judaica, una institución que promueve el conocimiento de la cultura y tradición con el fortalecimiento de los vínculos con Israel y educa con el objetivo de crear una ciudadanía responsable.
Además, posee varios títulos de postgrados como el de máster en Educación de la Universidad Hebrea de Jerusalem.
Dentro de la comunidad, Bergman se destaca por su militancia para fomentar el diálogo interreligioso. Fue por eso que asistió a la primera audiencia del Papa Francisco con los líderes de las diferentes religiones, donde se reencontró con quien él considera su amigo Jorge Bergoglio. Ello se hizo notar cuando en la Sala Clementina, ambos se dieron un abrazo que trascendió el saludo protocolar. “Un momento único que quedará por siempre en el corazón y en el alma, un surco fértil de espacio-tiempo que dará su fruto en la buena cosecha del porvenir”, expresó el rabino luego del encuentro
Sin embargo, la relación entre el actual diputado nacional y el Papa data desde hace mucho tiempo. Cuando Bergoglio era el arzobispo de Buenos Aires, en reiteradas ocasiones visitó la sinagoga de la comunidad NCI-Emanu de la Fundación Judaica, donde en 2012, por ejemplo, encendió la quinta vela de la festividad de Janucá. En esa oportunidad Bergman marcó los puntos en común entre la festividad judía y la Navidad: “Son símbolos que nos unen en una Argentina tan fragmentada, tan dividida, tan enfrentada, es la manera que tenemos de responder a los políticos, con más espiritualidad, con más luz y esperemos que en Argentina podamos encontrar esa luz, y buscar en la diferencia la unidad”.
Con respecto al Memorándum de Entendimiento firmado entre Argentina e Irán para interrogar en Teherán a cinco acusados por el atentado a la AMIA, Bergman remarcó desde el principio su oposición: “El PRO es el espacio que se pronunció con claridad ante el lamentable proceso de la firma del Memorándum. Nos opusimos a la vergonzosa votación en el Congreso, ratificándolo como tratado, y planteamos el peligro que significa este tipo de maniobras donde pretenden ponerle punto final a la conexión internacional y eclipsar o intervenir en el trabajo del fiscal y de la causa”.
Entre sus tantas reflexiones sobre lo social y lo político, una de las que lo destacan es su visión sobre el rechazo a la división: “La unidad es lo que da fuerza. Cuando una persona vive en la unidad adquiere energía. Implica integrarse y realimentarse; conectarse con todo y con todos. No es solamente interpersonal y social, sino también es cósmica y holística: se está unido con la materia, con el espíritu, con la persona, con el ambiente, con la naturaleza, con lo terrenal y finito, con lo infinito”.
Para un país como Argentina, que en su segundo artículo de la Constitución Nacional se declara como un Gobierno federal que sostiene el culto Católico Apostólico Romano, sin dudas la elección histórica del rabino Sergio Bergman simboliza la diversidad, integración, aceptación y tolerancia del pueblo, como también un antes y un después en la representación política de la comunidad.