Kirchner les dijo a los integrantes de la agrupación Familiares y Amigos de las Víctimas, que se reunieron con él ayer, que le solicitó al procurador general de la Nación, Esteban Righi, que sus fiscales impulsaran esas causas. La decisión presidencial buscó responder, en principio, a los reclamos de los familiares de las víctimas del ataque terrorista, que dejó 85 muertos. Los familiares expresaron esto el 18 de julio último, durante la ceremonia de conmemoración del 10° aniversario del atentado a la mutual judía.
«El Presidente pretende que los fiscales citen a declarar a todos los funcionarios políticos que pudieron encubrir el atentado», dijo anoche un vocero presidencial. Los familiares de las víctimas de la AMIA acusaron por encubrimiento, hace dos semanas, entre otros, al ex presidente Carlos Menem, al ex ministro del Interior y actual diputado del PJ Carlos Ruckauf, y al ex ministro del Interior Carlos Corach. «Esta investigación deberá abarcar a todos, incluido el ex presidente», afirmaron en la Casa de Gobierno.
El lunes 19 del actual, Kirchner había recibido en Balcarce 50 a diversas agrupaciones judías, reunión que terminó con un malentendido que originó un escándalo político y un fuerte malestar en la colectividad. El presidente de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), Abraham Kaul, anunció en una conferencia de prensa en la Casa Rosada que Kirchner les había adelantado la existencia de 45 casetes con grabaciones de conversaciones telefónicas clave para el caso. Una de ellas es del ex reducidor de automóviles Carlos Telleldín, acusado de integrar una conexión local del atentado.
Sin embargo, al día siguiente Kirchner desmintió el anuncio de Kaul, pese a haber sido hecho en la Casa de Gobierno, junto con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. El Presidente dijo que Kaul había interpretado mal el mensaje y que en realidad se habían encontrado los «recibos» de quienes retuvieron las cintas. La discrepancia entre Kirchner y Kaul fue considerada un «papelón» en medios políticos y judiciales. Según altas fuentes de gobierno, Kirchner se habría referido a que «se detectó la ruta de los casetes» y no las cintas. En la comunidad judía, aseguran haber escuchado la palabra «casetes» de boca del Presidente, y el traductor Walter Kerr lo confirmó.
El juez federal Claudio Bonadío decidió dejar de investigar la denuncia, al considerar que existió «una confusión». Quienes representaron a los familiares fueron Sergio Burstein; Luis y Marcelo Czyzewski; Marina Degtiar, y el rabino Alejandro Abruj.
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