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Concluido el plazo para la presentación de postulaciones para integrar el próximo Consejo Directivo de la DAIA comienza el período en que las conducciones de las instituciones que la conforman y las de las filiales del interior del país deberán decidir a qué candidatos votar de los presentados para 30 de los 33 cargos que componen el órgano de conducción de la representación política de la comunidad judía de la República Argentina (los tres restantes los eligen las filiales DAIA).
Sin duda que la principal decisión será la referida a la de los cuatro cargos que se eligen en conjunto, de acuerdo a lo establecido en el Estatuto que fue reformado hace aproximadamente hace un año: presidente, vicepresidente primero, secretario general y tesorero.
Para estos cargos se han postulado dos grupos, uno que lleva como candidato a la presidencia a Julio Schlosser y el otro a Claudio Avruj; aclarando que el orden en que se los menciona se debe a como se oficializaron las candidaturas de ambos.
Los dos, al igual que los dirigentes que los acompañan, son personas experimentadas en la conducción de instituciones comunitarias, y varios de ellos con acreditado conocimiento en la actividad de en la DAIA.
Independientemente de las propuestas programáticas y prácticas que cada uno de los distintos sectores que los apoyan y ellos representan, cada uno tiene una historia dirigencial personal que no dejarán de evaluar quienes deben decidir como votara su institución, pero que es bueno recordar.
Julio Schlosser llega a está postulación luego de haber sido un activista de una institución de base, la comunidad Benei Tikva, que presidió, pasando luego a integrar la Comisión Directiva de la AMIA, primero como secretario de actas durante la presidencia de Luis Grynwald y finalmente secretario general, cargo al que renunció recientemente, y luego siendo electo, en forma compartida, vicepresidente tercero de la DAIA, hace tres años.
Claudio Avruj ha sido uno de los destacados jóvenes profesionales de la comunidad, que desde 1985 se desempeñó en cargos de dirección profesional en distintas instituciones del país y el exterior, carrera que culminó a fines del 2007 al renunciar como Director Ejecutivo de la DAIA, luego de una década en ese cargo, siendo en los años siguientes (2008-2011) vicepresidente de la Fundación Memoria del Holocausto-Museo de la Shoá de Buenos Aires y hasta el presente subsecretario de derechos humanos del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.