El rey Abdullah está buscando completar los procedimientos de divorcio entre Jordania y los palestinos que su difunto padre, el rey Hussein, comenzó en 1988.
La separación se inició en julio de ese año, pocos meses después de la erupción de la primera Intifada.
El rey Hussein se dio cuenta entonces que no era de interés para su reino mantener un vínculo con la Margen Occidental, el hogar de cientos de miles de palestinos.
Su mayor temor era que la Intifada se extendiera a Jordania, donde la mayoría palestina se alzaría contra su monarquía.
Al cortar los lazos jurídicos y administrativos de Jordania con la Margen Occidental, el rey Hussein señaló su deseo de separarse de los palestinos que viven allí. En ese momento, jordanos y palestinos alabaron la decisión como un paso positivo tendiente a que los palestinos establezcan un Estado propio.
Pero muchos jordanos sintieron que el divorcio no se había completado, debido al hecho que la mayoría de los palestinos que viven en el reino continúa teniendo la ciudadanía jordana.
En los últimos años, el rey Abdullah ha enfrentado llamados de jordanos para actuar rápidamente para garantizar que la separación de los palestinos se complete.
En 2009, Ammán comenzó silenciosamente la revocación de la ciudadanía jordana de miles de palestinos, lo cual provocó fuertes protestas de organizaciones de derechos humanos y grupos pro palestinos de todo el mundo.
Durante el año pasado, Jordania ha sido testigo de crecientes demandas por reformas y democracia. La “Primavera Árabe”, que se ha extendido por el mundo árabe, ha llevado a miles de jordanos a salir a las calles todas las semanas para exigir cambios y libertades reales.
Las crecientes protestas claramente han avergonzado y confundido al rey Abdullah, que siente que el fuego se le acerca rápidamente.
El mayor miedo del monarca es que la poderosa y popular organización Hermandad Musulmana forme una alianza con los palestinos y se vuelvan contra su régimen, socavando seriamente su control del poder.
Ahora, el rey Abdullah está esperando que una nueva ley electoral les impida a los islamistas y los palestinos obtener victorias en las próximas elecciones parlamentarias, previstas para este año.
Las voces en Israel y otros lugares acerca de convertir a Jordania en un Estado palestino también han dejado al rey preocupado por el futuro de su reino. Eso explica por qué ni siquiera está dispuesto a recibir a los 1.100 refugiados palestinos que han huido de Siria en las últimas semanas, mientras que le da la bienvenida a más de 100.000 sirios que cruzaron la frontera con Jordania.
Los jordanos no tienen problema en absorber a decenas de miles de iraquíes, sirios y libios. Pero cuando se trata de los palestinos es una historia completamente diferente. La última cosa que necesita el rey Abdullah son otros 500.000 palestinos en el país.
Ahora, el rey Abdullah está buscando distanciarse de los palestinos. Dice que desea que los palestinos se vayan a la Margen Occidental y la Franja de Gaza y establezcan su propio Estado allí y no en otra parte.
El rey sólo siente seguro cuando un funcionario israelí o de los Estados Unidos le dice que “Jordania es para los jordanos y Palestina, para los palestinos”.
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