El primer ministro israelí, Ariel Sharon, desmintió ayer que pretenda reducir el número de colonias evacuadas en Gaza y en Cisjordania, llevando a cabo lo que se está llamando ya «minirretirada», subrayando que no tiene lógica política desmantelar solo asentamientos aislados.
En la presidencia del Gobierno, dicen que «Sharon afirmó que los ministros que rechacen el plan que elaborará en las próximas semanas, serán sustituidos». Sharon además dijo: «Estoy decidido a lograr en el Gobierno la aprobación de mi plan de separación de los palestinos pero necesito varias semanas para reorganizarme».
En el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, comentaban ayer la ironía de que «hizo falta que los miembros del Likud rechazaran el plan de Sharon para que el cuarteto de Madrid (Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y la ONU) abrazaran públicamente su plan».
La verdad es que el primer ministro israelí no tuvo en cuenta la posibilidad de una derrota como la que sufrió en el referéndum del Likud y ahora se encuentra a la deriva, buscando un nuevo rumbo. Sharon se encuentra acorralado por sus socios del sector nacionalista del Gobierno, Unión Nacional y Partido Nacional Religioso (PNR). También está imposibilitado para convocar elecciones generales anticipadas por falta de mayoría en el Parlamento, ya que sus socios nacionalistas en la coalición tienen interés en mantenerse en el poder.
La organización de un referéndum nacional en torno al plan que el Likud rechazó el pasado domingo obtendría el voto afirmativo de un 70% de los israelíes, según las encuestas. Pero el problema es que requeriría la aprobación de una ley especial y el primer ministro no está seguro de lograr el apoyo parlamentario necesario.
El diario de mayor tirada en el país, «Yediot Ahoronot», escribía ayer en su editorial que «Israel se ha convertido en un manicomio político». Define la votación del domingo en el Likud como «una bomba de relojería», que «amenaza la política israelí, ya que el 1% de la población se impuso a millones de israelíes». El diario prevé una reorganización del mapa político israelí.
Por otra parte, ayer soldados israelíes mataron a dos milicianos palestinos que trataron de infiltrarse en el puesto fronterizo de Karni, y a un policía en la localidad de Deir Balaj, en Gaza, cuando repelían a tiros una manifestación estudiantil.
Los dos palestinos muertos al sur del paso Karni fueron sorprendidos cuando iban a cruzar la cerca fronteriza. Previamente, cuando los soldados se acercaron, estalló un artefacto explosivo, aparentemente para «distraerlos». En cuanto a los incidentes de Deir Balaj, los tanques y soldados israelíes dispararon durante una manifestación para repeler el lanzamiento de pedradas de los estudiantes palestinos, diez de los cuales resultaron heridos o lesionados. Se desconocen las circunstancias en las que murió el policía palestino Abdalá Al Yamal. Además, los soldados hirieron a dos fotógrafos palestinos de prensa.
En el sur de Líbano, aviones de la Fuerza Aérea israelí atacaron dos posiciones de artillería de la milicia libanesa Hezbollah (Partido de Dios). El ataque, que no ocasionó víctimas, se produjo horas después de que la milicia proiraní disparara contra posiciones israelíes.
Fte L.V.D