No obstante, el premier entiende también que no podrá seguir como si nada si pierde y es por eso que opta por tratar de asustar a sus adversarios, señalando que si logran frustrar el plan en el referéndum, estarían dando una victoria «a Hamas y a Yasser Arafat».
Es más, los trata de atemorizar con algo quizás más claro: votación en contra del plan será interpretada como votación en contra suya -de Sharon, en lo personal-, con lo cual el fin de la coalición actual podría ser inminente, desprendiéndose de ello que podrían ser adelantadas las elecciones nacionales, algo que siempre preocupa a diputados que no quieren arriesgarse a la que la alternativa política -en este caso la izquierda- gane peso.
Fte BBC.-