La Autoridad Palestina dice que Israel está intentando crear hechos sobre el terreno, mientras Estados Unidos llama a las edificaciones “ilegítimas”. La organización Paz Ahora amenaza con llevar el asunto a la corte.
La decisión del ministro del Interior, Eli Yishai, del miércoles por la noche de aprobar la construcción de 1.600 departamentos en el barrio haredi de Ramat Shlomo al noreste de Jerusalem enfureció a los palestinos y elevó fuertes condenas de todo el mundo.
Al comienzo de la semana que viene, el ministro espera dar la aprobación final de dos proyectos adicionales en Jerusalem del Este: 2.000 unidades de hogares en Givat Hamatos y 625 en Pisgat Ze’ev, según dijo el vocero de Yishai, Roei Lachmanovich.
La jefa de política extranjera de la Unión Europea, Catherin Ashton, dijo hoy que “lamenta” escuchar la decisión de Eli Yishai sobre la construcción Ramat Shlomo y dijo que dicho movimiento amenaza la solución de dos estados.
La funcionara europea expresó en una declaración que lamenta profundamente recibir “información sobre la intención públicamente dicha de que el gobierno israelí continúe con la expansión de los asentamientos en Jerusalem del Este”, y destacó que la UE le “ha pedido repetidas veces a Israel que termine con la actividad”.
Seguir con las construcciones en Cisjordania y Jerusalem del Este, dijo Ashton, “amenaza la viabilidad de una solución de dos estados acordada y minimiza los corrientes esfuerzos para reiniciar las negociaciones”.
La organización Paz Ahora ha amenazado con llevar a Yishai a la Alta Corte de Justicia debido a su decisión de dar aprobación final a 1.600 apartamentos en Ramat Shlomo, un proyecto que se hizo famoso porque recibió su aprobación inicial durante la visita del vicepresidente americano Joe Biden en marzo del 2010.
En su momento, el anuncio envenenó el viaje del vicepresidente, que llevó a reprimendas de la secretaria de estado Hillary Clinton al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y tocó un punto bajo en las relaciones entre Jerusalem y la administración de Obama.
Un funcionario del Departamento de Estado, en respuesta al anuncio del jueves, dijo que Washington creía que “Jerusalem es uno de los temas finales y que, por lo tanto, su disposición debería ser definida por las partes en las negociaciones”.
“Las acciones unilaterales de los israelíes o palestinos que parecen perjudicar el resultado de las negociaciones son contraproducentes. Estos tipos de construcciones son ilegítimas y no tienen el mejor interés de volver a las negociaciones”, dijo el funcionario.
La reacción de Estados Unidos fue leve en comparación con la declaración del enviado de Medio Oriente de la ONU, Robert Serry, quien dijo que estaba “alarmado por el anuncio”.
“Si se confirma, esta acción provocativa minimiza los actuales esfuerzos de la comunidad internacional de acercar a las partes a las negociaciones y delinear una agenda positiva para septiembre”, expresó.