Este atentado estaba previsto para la semana de la Pascua judía, que acaba de concluir. Iba a cometerse en tel Aviv por un suicida procedente de la ciudad de Kalkilia, en Cisjordania.
Los terroristas pretendían que los heridos por la explosión quedaran infectados por el virus del sida.
El plan fracasó tras el arresto durante los últimos días de un activista de las Brigadas de mártires de Al-Aqsa, Rami Abdalá, en la zona de Nablús, cerca de Kalkilia.
El Shin Beth no precisó cómo el grupo, próximo a Al fatah, del presidente Arafat, iba a conseguir la sangre contaminada.
El servicio de seguridad israelí y el Ejército han afirmado que han conseguido desbaratar una decena de atentados en los últimos días.
Fte El Mundo