El enfrentamiento arriesga poner en crisis las relaciones entre el Vaticano y el Estado judío, aunque el ministro del Interior israelí, Abraham Poraz —un liberal—, exhortó a la policía a que no arreste a los religiosos católicos que carezcan de residencia regular. Un vocero en Jerusalén dijo también que el primer ministro Ariel Sharon ha decidido formar un comité interministerial que considere la delicada cuestión y «busque una solución». El comité deberá formular normas claras en relación con las visas de residencia del clero católico.
Pero el enojo de los católicos es muy fuerte y un portavoz de los franciscanos —que son los custodios de los Lugares Santos— afirmó que «la detención de los religiosos es insufrible» y que «la situación empeora cada vez más». «El mundo católico cree que Israel está tramando una política deliberada contra la Iglesia», explicó el vocero franciscano, padre David Jaegger.
El Vaticano hizo escalar la tensión ayer evitando una declaración oficial, pero haciendo intervenir a un personaje importante, el cardenal jesuita Roberto Tucci (82), ex organizador de los viajes del Papa y presidente honorario de la Radio Vaticana. Por los micrófonos de la radio, el purpurado golpeó duro en lo que los «vaticanistas» consideran una seria advertencia a Israel. «La situación está empeorando ante la falta de explicaciones y de canales institucionales de diálogo», dijo.
Tucci pidió que el Parlamento Europeo tome cartas en el asunto y que «las instituciones europeas, pertenecientes a grupos de raíces cristianas, intervengan a nivel político. El cardenal llamó a la movilización de las iglesias locales al pedir a las instituciones católicas europeas y americanas a que «hagan presión y apoyen a la Iglesia Católica en Israel y los territorios palestinos ocupados».
En Tierra Santa residen 1703 sacerdotes, religiosos y monjas que prestan servicios en 33 parroquias, 7 hospitales, 11 ambulatorios, 8 orfanatos, 5 asilos de ancianos, 7 centros para minusválidos, 70 escuelas, 5 seminarios y 5 centros de estudios superiores.
El vocero franciscano dijo que los problemas comenzaron hace un par de años y que la policía israelí sostiene estar dedicada a detectar y expulsar trabajadores clandestinos. El primer ministro Sharon dijo que miles de palestinos que están ilegales en Israel serán expulsados. Los sacerdotes, religiosos y religiosas católicas han sido incluidos en la acción represiva. Un sacerdote y dos monjas fueron detenidos hace unos días por la policía israelí.
Fte Clarin