TEL AVIV.- En uno de los peores momentos de la historia de Medio Oriente, cuando no dejan de correr ríos de sangre, el terror está a la orden del día, y reina el desconcierto, hay quienes insisten en que es posible una solución al conflicto palestino-israelí. Uno de ellos es el ex ministro de Justicia, Yossi Beilin, hoy al frente de Iajad (Juntos) -una nueva agrupación socialdemócrata que incluyó al tradicional partido pacifista de izquierda, Meretz-, y artífice del reciente Acuerdo de Ginebra.
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Miembro del Laborismo hasta que en 2002 decidió unirse a la coalición de gobierno del premier Ariel Sharon, Beilin también fue uno de los arquitectos de los ya sepultados Acuerdos de Oslo, alcanzados hace una década.
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Sin perder el entusiasmo, y más allá de la situación explosiva que se vive aquí desde hace más de tres años, junto al ex ministro de Información palestino, Yasser Abed Rabbo, Beilin ideó últimamente el proyecto de Ginebra. Un plan muy detallado, firmado en diciembre último a orillas del lago Leman por personalidades israelíes y palestinas, que prevé dos estados con una frontera que no es muy distinta de la que había en 1967, dos capitales en Jerusalén, y una solución al problema de los refugiados.
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Muy bien recibido por la comunidad internacional, si bien el proyecto fue rechazado por Sharon, cuenta con el apoyo del 40% de los israelíes y de los palestinos, según Beilin. «Si los partidarios de la paz no actúan, nadie actuará en su lugar», subraya este prestigioso político israelí, que en una entrevista con LA NACION se manifestó contrario al plan de «desconexión» de Sharon, que prevé la retirada unilateral de Gaza.
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«Me parece una pésima idea. Creo que hay que buscar una solución a través de un acuerdo con la otra parte, no unilateralmente. Claro, es mejor que seguir quedándonos en los territorios como ocupantes, y por eso mi partido dará su apoyo si habrá una votación en la Knesset (Parlamento israelí).»
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«Nuestro rol, sin embargo, es intentar convencer a la opinión pública de que la mejor idea para Israel, si no quiere convertirse en un nuevo gueto para judíos en Medio Oriente, es tener un acuerdo con los palestinos; que el acuerdo es posible, y que el acuerdo de Ginebra es un modelo para ello.»
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-Usted dice que el acuerdo es posible, pero en los hechos nunca hubo peor situación entre israelíes y palestinos, la hoja de ruta está prácticamente muerta, siguen los atentados, y los israelíes parecen estar de acuerdo con la idea de dejar unilateralmente Gaza…
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-Los israelíes van a apoyar el fin de la ocupación, y esto es una buena noticia. La cuestión es si es el caso de hacerlo mediante una retirada unilateral. Sharon nunca evaluó la posibilidad de un acuerdo; nunca habló de un acuerdo con los palestinos desde que fue electo en febrero de 2001. Por eso creo que antes de dejar los territorios sin ningún tipo de precio ni compromiso, sin saber qué puede pasar, y sabiendo que uno está amenazado por Hamas, debería llegar a un acuerdo con los palestinos.
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-¿Quién podría ser el interlocutor?
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-Hay un primer ministro palestino, Abu Ala (Ahmed Qurei), que fue el resultado directo de la presión israelí. ¿Cómo puede ser entonces que no hablemos con ellos? Me parece algo al mejor estilo Fellini… no lo entiendo.
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-¿Teme que después de la retirada unilateral de Gaza, Hamas tenga más poder?
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-No tengo ninguna duda. Esto no significa que Hamas gobernará Gaza directamente, pero sí que va a dominar Gaza. Hamas quiere estar a cargo de las mezquitas, de las escuelas y de la vida diaria, y no hay duda de que lo hará completamente cuando nos vayamos.
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-Después del asesinato del jeque Ahmed Yassin, ¿cree que Hamas se ha fortalecido?
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-No sé si está más fuerte, pero seguramente está más enfurecida, y buscando más que antes la venganza.
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-Muchos palestinos creen que jamás habrá paz con Sharon en el poder…
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-La gente en Israel dice que mientras Arafat esté en el poder no puede haber paz; la gente del lado palestino dice que mientras Sharon esté en el poder no puede haber paz, pero lo que yo digo es que, mientras haya gente en las dos partes que quieren paz, habrá paz.
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-¿Aunque ya no piensa en un Gran Israel, y planea retirarse de Gaza, Sharon planea quedarse con buena parte de Cisjordania?
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-Sí. Creo que lo que está haciendo es muy parecido a lo que hizo Menahem Begin en el 78-79: renunciar a una parte para quedarse con otra parte. Begin renunció a la península del Sinaí para quedarse con Gaza y Cisjordania. Y Sharon está preparado a renunciar a Gaza para quedarse con buena parte de Cisjordania.
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-¿No cree que hace falta un recambio de líderes para que haya paz?
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-Creo que los dos pueblos se merecen mejores líderes -aunque esto es un fenómeno mundial-, pero no creo que haya que esperar un cambio. Muchas veces los sucesores pueden llegar a ser peor. Hay que empujar a los líderes a la paz ahora, no hay que esperar.
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-¿Qué opina de los asesinatos selectivos?
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-Israel está orgulloso de ser la única democracia en Medio Oriente, pero puede dejar de serlo si sigue con esta política, que no es afín a una democracia. Creo que hay que decidir si queremos seguir estando orgullosos de nuestra democracia, o si nos convertimos en otro tipo de país, que ejecuta a la gente sin juicios.
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Por Elisabetta Piqué
Enviada especial
La NAcion