La represión de la segunda Intifada, la de la mezquita de Al Aksa», lucha en la que participan varias facciones armadas de la resistencia palestina en esas zonas ocupadas, requirió el año pasado una inversión de 3.500 millones de «shekel» israelíes, unos 800 millones de dólares.
De esta última suma, unos 200 millones fueron destinados a financiar parte de las obras del muro o valla de seguridad que Israel levanta desde el 2002 en tierras palestinas de Cisjordania.
Según el informe del gobernador del Banco, en los dos últimos años el Estado israelí invirtió en las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y otros organismos de seguridad, 10.500 millones de «shekel», o sea más de 2.100 millones de dólares, dos tercios de la ayuda militar y económica que recibe anualmente de los EEUU.
Este año también se invertirán otros 1.500 millones de «shekel» en aquel polémico muro, esto es, más de 300 millones de dólares.
Las pérdidas económicas debido a la «Intifada», que dura tres años y medio, se elevaron en medio de una gran recesión, y con más del 10 por ciento de la población israelí desempleada, a 70.000 millones de «shekel», más de 15.000 millones de dólares.
Los sectores más afectados, indica el informe del Banco Central, fueron los del turismo, la construcción y la agricultura.
La Intifada también sumió en la miseria a la mayoría de los 3,7 millones de palestinos en Cisjordania y Gaza, donde la Autoridad Nacional Palestina (ANP) depende actualmente de donaciones del exterior para pagar los salarios de los empleados públicos, incluidos los de sus organismos de seguridad mientras los índices de desempleo llegan al 80 por ciento en los casos más graves.
De acuerdo con el informe del gobernador del Banco Central, sólo fueron mayores los gastos de la cuarta guerra entre Israel y sus vecinos árabes, la que comenzó Egipto y Siria el 6 de octubre de 1973, jornada del Yom Kipur o Día del Perdón de los judíos, que coincidía ese año con el mes musulmán de Ramadán.
La contienda, que tomó por sorpresa al Ejército de Israel duró 21 días y le causó enormes pérdidas, pues fue necesario establecer un puente aéreo con armas y munición desde Estados Unidos, antes de que colocara sus tanques a 50 kilómetros de Damasco en la meseta del Golán, y a 100 kilómetros de El Cairo, en Egipto.
Siria y Egipto quisieron recuperar entonces el Golán y el Sinaí, respectivamente, territorios que Israel había conquistado en la guerra de los Seis Días, de 1967, la tercera contienda árabe-israelí, en la que también ocupó Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental.
La meseta siria sigue aún en poder de Israel, así como los territorios de Gaza y Cisjordania, que reivindican los palestinos para establecer un Estado independiente. EFE ez/msr
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