La fiscal general israelí, Edna Arbel, presentó hace dos días al Fiscal jefe y asesor jurídico del Gobierno, Menajem Mazuz, un informe con la recomendación de procesar al primer ministro por un delito de corrupción y soborno multimillonario por el empresario de la construcción David Apel.
Sharón es sospechoso de haber favorecido en sus negocios inmobiliarios a un contratista de su bloque derechista Likud, David Apel, y también en un frustrado proyecto para la adquisición de una isla griega en el mar Egeo, situada a 40 kilómetros de Atenas, para convertirla en un imperio turístico.
La decisión de procesar al primer ministro depende ahora de la resolución del asesor jurídico Mazuz, quien estudiará el caso y deberá decidir si acepta, o no, la recomendación de la fiscal general del Estado para procesar a Sharón.
Además, el Tribunal Supremo de Israel instó ayer al hijo de Sharón, Guilad, a entregar todos los documentos que le vinculan con el empresario israelí Apel, quien le contrató como asesor de su inmobiliaria por cerca de un millón de euros.
Dada la crítica situación de Sharón, la oficina del primer ministro aseguró que el referéndum sobre «su plan de paz» se celebrará al regresar de su viaje a EEUU, previsto para el próximo 14 de abril, y antes de que sea presentado al Gobierno para su aprobación.
El plan, que Sharón espera sea respaldado y financiado por el presidente de EEUU, George W. Bush, tendrá que ser votado por unos 30.000 afiliados al Likud.
Fue el ministro de Agricultura, Yisrael Katz, quien aconsejó a Sharón la convocatoria del referéndum en una reunión que tuvo lugar ayer noche.
La noticia ya ha movilizado a los colonos de Kiryat Arba, en Hebrón, quienes hoy salieron en manifestación hasta que el Ejército les ha asegurado que no hay «planes de evacuación».
Sin embargo, el anuncio de referéndum no ha logrado solapar las criticas contra el primer ministro y la petición de inculpación ha abierto un debate entre la clase dirigente israelí, que ha empezado a exigir la dimisión del primer ministro si es procesado, lo que supondría el fin de sus proyectos políticos.
El ministro de Turismo, Benny Elon, pidió a Sharón que retrase su viaje a EEUU hasta que el Fiscal General Jefe, Menachem Mazuz, decida si le procesa o no.
Elon dijo que era impropio que el primer ministro encabece «una jugada complicada y controvertida en semejante momento».
También el ultraderechista líder del Partido Nacional Religioso, Effi Eitam, comentó a los miembros de su grupo que Sharón no puede comprometer a Israel con ningún plan cuando se enfrenta a un escándalo de soborno.
«Sharón transgrede las reglas de la democracia y muestra un desprecio total a las reglas de Gobierno», dijo Eitam.
En defensa de Sharón, el ministro de Exteriores israelí, Silván Shalom, culpó a la Fiscal General de filtrar su recomendación de procesar a Sharón y dijo que se «trata de un intento de influir en el proceso legal».
Fte EFE