ZAKA es la única organización de rescate voluntario de Israel cuyas cuatro nuevas unidades son utilizadas para servir mejor a árabes, beduinos, circasianos y la población drusa en el norte y sur del país.
Los voluntarios de las comunidades minoritarias forman parte del personal de las unidades después de recibir entrenamiento en ZAKA, que es un acrónimo hebreo de Identificación de Víctimas de Desastres.
Aquellos voluntarios no judíos son capacitados para llevar a cabo estas tareas de acuerdo con sus propias costumbres religiosas y étnicas.
Las pequeñas unidades de ZAKA ya están activas entre la población beduina en el sur y las comunidades drusa del norte. Sin embargo, las cuatro nuevas sucursales demuestran la expansión de la organización.
Galil Ayoob Kara, un miembro druso del Parlamento de Israel, y el viceministro para el Desarrollo del Neguev y la Galilea, instaron a la cooperación del gobierno con ZAKA y marcaron que eso simboliza un paso fundamental hacia la igualdad de todos los ciudadanos israelíes.
ZAKA siempre manejo los cuerpos de las víctimas no judías, incluso los terroristas, con la sensibilidad a los principios culturales y religiosos, subraya Kara.
Meshi-Zahav, un judío ultra-ortodoxos y padre de siete hijos, fue testigo de los bombardeos al primer autobús a las afueras de Jerusalem en 1989. Él y algunos estudiantes de la yeshiva corrieron a ayudar en la escena horripilante, pero no tenía experiencia en medicina forense o primeros auxilios.
Para remediar esa situación, en el transcurso de los siguientes seis años, construyó una base para lo que sería la única organización judía del mundo autorizada por la Policía de Israel para manejar la recuperación e identificación de partes del cuerpo.
Una de las tareas que realizó ZAKA fue enviar equipos para asistir a los sitios de la torres gemelas y los ataques terroristas de Mumbai, la tragedia del transbordador espacial Columbia en Texas; atentados sinagoga de Estambul, el tsunami en el sudeste asiático; accidentes de avión en Phuket, Tailandia, México y Namibia, la devastador terremoto en Haití, y el reciente asesinato de un viajero judío en Ucrania, entre otras tragedias.
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