La comunidad judía de Brasil estimó que la controvertida relación con Irán es “un punto de interrogación” en la política del futuro gobierno de Dilma Rousseff, quien resultó electa al imponerse por más del 56 por ciento de los votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
“Nos preocupa siempre el tema de la relación con Irán porque es un punto de interrogación y no sabemos que pretende el futuro gobierno. Pero no creo que Dilma Rousseff vaya a mantener con tanta intensidad esta relación, ya que no tiene planes de asumir cargos internacionales”, afirmó el vicepresidente ejecutivo de la Federación Israelita de San Pablo, Ricardo Berkiensztat, en declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
Para el dirigente comunitario hay que “esperar” que se definan los nombres del futuro gabinete brasileño y a partir de allí se tendrá “un poco más claro” cuáles son las expectativas del gobierno de Rousseff.
No obstante, Berkiensztat alentó la posibilidad de que la presidenta electa revea la política exterior llevada adelante por el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, principalmente en lo que tiene que ver con Irán y su programa nuclear.
“Dilma no tiene el mismo carisma ni la misma ambición internacional que Lula, aunque haya anticipado que va a mantener la política externa de Lula y que cree que el diálogo debe seguir”, afirmó el dirigente comunitario.
Incluso, el vicepresidente ejecutivo de la Federación Israelita de San Pablo señaló que con su política exterior, Lula no pudo agrandar los ingresos por las relaciones comerciales.
Berkiensztat comentó que en una serie de encuentros que mantuvo con los principales candidatos presidenciales, Rousseff respondió sobre “las relaciones comerciales, la cuestión de Irán y la necesidad de respetar los derechos humanos”.
Como anécdota de aquella reunión de campaña, el dirigente comentó que la candidata oficialista habló de que “su abuela podría tener origen judío, escapó de Portugal y podría estar entre los nuevos judíos”.
Si bien el dirigente evitó dar su preferencia entre Rousseff y el ex gobernador de San Paulo José Serra, el otro candidato a la presidencia, marcó una importante diferencia entre ambos dirigentes.
“Ambos candidatos caminaban muy cerca, pero en la política externa sí había diferencias, Serna habló de mantener relaciones con todos y estar más vigilantes y críticos de acciones de dictaduras como Irán, Cuba y Venezuela”, señaló Berkiensztat.
Más allá de los resultados electorales, el dirigente resaltó que Brasil vivió “una gran fiesta de la democracia con 135 millones de personas que concurrieron a votar y que confirma que están aprendiendo a convivir con la democracia, lo que es un orgullo”.
“Estamos tranquilos porque la democracia ganó y Dilma es la primera mujer que va a asumir el cargo de presidente, es una ruptura del paradigma, es muy bueno para la democracia y tiene experiencia administrativa”, expresó el dirigente.
Respecto del estado de las relaciones con Israel, Berkiensztat confirmó que el vínculo “se agranda y el comercio entre los dos países está creciendo”.
“Incluso Dilma habló sobre los aviones no tripulados de Israel que Brasil tiene intenciones de comprar”, resaltó.
Finalmente, Berkiensztat aseguró que “la comunidad va trabajar con este gobierno como con cualquier otro”.
GB