Asimismo, el premier palestino anunció que el Reino Unido financiará la unificación de los diferentes cuerpos de seguridad y colaborará con el equipamiento necesario para establecer la oficina central de seguridad.
Abú Alá agregó que los organismos de la ANP tomarán medidas de inmediato para poner fin al caos que se adueña de los territorios de Cisjordania y Gaza en los últimos meses, uno de cuyos máximos indicadores ha sido el asesinato del periodista y consejero de Arafat para derechos humanos, Jalil Al-Zeben.
Entretanto, Abú Alá describió el asesinato de Al-Zeben, ocurrido en la noche del lunes al martes en la ciudad de Gaza, como un «gran crimen» y aseguró que el liderato palestino tomará medidas serias para esclarecer los detalles de su muerte.
Por último declaró que en la reunión de hoy se abordaron otros asuntos sobre el clima de inestabilidad en las calles de la franja de Gaza, donde los ajustes de cuentas y las luchas intestinas por el poder se han apoderado de este territorio de poco más de 46 kilómetros de longitud por diez de ancho y donde residen cerca de 1,7 millones de personas.
Y aseguró que no tolerará los actos que desestabilicen la seguridad de los palestinos.
Por su parte, el Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS) negó hoy miércoles su implicación en el asesinato ayer del periodista Jalil a-Zaben, de 59 años.
Ismail Haniya, portavoz de HAMAS, rechazó cualquier vinculación entre su movimiento y el asesinato de a-Zaben, también portavoz del presidente palestino, Yaser Arafat, y negó la autenticidad de una octavilla que fue emitida ayer martes con el membrete de HAMAS en la que se adjudicaba la autoría de ese atentado.
«Llamo a todos los palestinos a mantenerse en estado de alerta para proteger la unidad de nuestro pueblo durante esta fase delicada», dijo Haniya.
Haniya reiteró que su organización condena enérgicamente este tipo de asesinatos.
«Las armas palestinas deben mantenerse con el punto de mira en la ocupación israelí y no contra los palestinos bajo ningún pretexto», dijo.
HAMAS declaró en un comunicado su condena a los ataques cometidos ayer en Irak en las ciudades de Kerbala y Bagdad contra la comunidad chií, en los que murieron al menos 150 personas y que calificó de «plan de sedición».
«Condenamos con dureza y denunciamos las explosiones en Kerbala y Bagdad que han matado a centenares de civiles inocentes cuando conmemoraban el martirio del Imán Husein», refirió el grupo islámico. EFE sar-em-jvp/vh
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