Jerusalén, 20 feb (EFE).- Las fuerzas militares que protegen el polémico «muro de separación» que Israel levanta en Cisjordania se preparan para reprimir con dureza a los palestinos y pacifistas que intenten derribarlo durante la «jornada de ira» convocada para el próximo lunes.
Según informa hoy viernes el diario Haaretz, las autoridades militares israelíes prevén para esa jornada una ola de manifestaciones a lo largo de esa «cerca de seguridad», de la que se levantaron más de 200 kilómetros de los más de 700 previstos.
El lunes, el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) comenzará sus deliberaciones en su sede de La Haya para determinar si valla de alambradas y hormigón que Israel construye en tierras palestinas es o no legal.
Con este motivo, la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que preside Yaser Arafat, ha convocado a una huelga general y las facciones de la resistencia palestina contra la ocupación militar israelí en Cisjordania y Gaza han llamado a una «jornada de ira».
La construcción del muro, que dejará bajo control israelí cerca del 17 por ciento de las tierras de Cisjordania, también perjudicará a más de 800.000 de sus habitantes palestinos si se completa la obra.
El Gobierno israelí, que comenzó su construcción en el año 2002, justifica ese obstáculo físico con el argumento que se trata del ejercicio de «nuestro legítimo derecho a la autodefensa» pues servirá para «impedir la infiltración de terroristas» a ciudades de este país.
En cambio, la ANP la interpreta como un intento de anexionarse esas tierras y estimular la emigración de los palestinos afectados.
El comandante de la región militar central, general Moshé Kaplinsky, con jurisdicción en Cisjordania, ordenó a los jefes a cargo de la protección de esa «valla de seguridad» reprimir con gases lacrimógenos y balas recubiertas de plástico a los palestinos y pacifistas que intenten derribar el muro.
En diciembre pasado, en medio de una ola de manifestaciones palestinas y de activistas extranjeros del Movimiento de Solidaridad Internacional contra esa barrera, los soldados hirieron de gravedad a un pacifista israelí, lo que desencadenó una ola de críticas contra el Gobierno del primer ministro Ariel Sharón y las Fuerzas Armadas.
El general Kaplinsky ordenó a los jefes de tropa utilizar «balas de goma» -que pueden llegar a causar la muerte- en el caso de que los manifestantes intenten hundir algún tramo de la valla o bloque de cemento de ocho metros de altura, como los que atraviesan terrenos vecinos a ciudades, pueblos y aldeas palestinas.
Las manifestaciones en pro y en contra de esa valla, que en muchos casos ha dejado aislados del resto de la población de Cisjordania y de sus campos de labranza a miles de palestinos, también se prevén en La Haya, motivo por el cual la policía holandesa las autorizó pero en zonas separadas para evitar enfrentamientos.
Israel se propone exhibir los restos de un autobús de Jerusalén en el cual se inmoló hace tres semanas un policía palestino de la ciudad autónoma de Belén y causó la muerte de doce pasajeros.