Naciones Unidas, 18 feb (EFE).- La retirada de Israel de la Franja de Gaza debe ser el primer paso para reanudar el proceso de paz de la «Hoja de Ruta» y requiere de la colaboración de las partes y de la comunidad internacional, dijo un representante de la ONU.
Así lo manifestó el enviado especial de la ONU en Oriente Medio, Terje Roed Larsen, quien presentó hoy un breve informe sobre la situación al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en el que mostró un optimismo cauteloso tras el anuncio de Israel de retirarse de Gaza, en donde controlan el 40 por ciento del territorio.
«La retirada debe hacerse en plena cooperación entre israelíes, palestinos y la comunidad internacional», subrayó Roed Larsen a los periodistas a la salida de la reunión.
Por ello, puso como ejemplo de asistencia y cooperación la retirada de las tropas israelíes en el sur del Líbano en julio de 2000, que fue negociada por la ONU, bajo los auspicios del Consejo de Seguridad.
En este sentido, Roed Larsen señaló que «la mejor manera sería que el Consejo de Seguridad apruebe la retirada con una resolución».
El plan para la retirada también fue comentado hoy por el primer ministro palestino, Ahmed Qurea (Abú Alá), quien reclamó en Bruselas el apoyo de la Unión Europea para el despliegue de una fuerza de paz internacional en los territorios de los que se retire Israel.
Roed Larsen no quiso avanzar acontecimientos y se mostró satisfecho por la actitud de Israel, por ser la primera vez que un primer ministro de este país «tiene el atrevimiento y la visión» de decir que desmantelará los asentamientos.
Sin embargo, advirtió de que esta decisión podría conducir a tres casos hipotéticos en los próximos meses, no todos ellos favorables para la resolución del conflicto.
El primer caso es que esta acción lleve a la reanudación del proceso de paz, con el firme compromiso de las partes para negociar.
El segundo es que esta iniciativa se quedase en una actuación unilateral sin que implicase que las partes adopten un compromiso para la reanudación del proceso de paz.
El tercer caso, que a su juicio sería el que tendría peores consecuencias, es que las partes sean incapaces de ejecutar el plan de retirada, lo que significaría mantener el «status quo» y provocaría más violencia y miseria.
«La única opción viable a largo plazo es la reanudación del proceso de paz», enfatizó.
Roed Larsen recordó los actos de violencia registrados desde el pasado 16 de enero, que han costado la vida a 11 israelíes y 65 palestinos, con lo que la suma se eleva a 925 israelíes y 3.165 palestinos muertos desde que empezó la segunda «intifada», en septiembre de 2000.
El representante de la ONU hizo hincapié en la desastrosa situación humanitaria en los territorios ocupados, en donde los índices de pobreza y desempleo son todavía muy altos, mientras que la Autoridad Nacional Palestina carece de financiación para realizar sus funciones y «está cerca de la bancarrota».
Anunció que tan sólo se ha recaudado la mitad de los 196 millones de dólares que la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) solicitó a la comunidad donante para prestar ayuda de emergencia a 1,1 millón de palestinos.
Esta agencia de la ONU ha hecho un llamamiento para conseguir este año 193 millones de dólares, por lo que Roed Larsen instó a la comunidad internacional a responder «de forma generosa».
Finalmente, el diplomático instó a Israel a cesar la construcción del llamado «muro de separación», porque no ayuda a crear medidas de mutua confianza y criticó la postura del Gobierno israelí de negarse a declarar ante el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) de la Haya por no reconocer su jurisdicción.
El TIJ, a petición de la Asamblea General de la ONU, debe pronunciarse de forma consultiva sobre la legalidad del «muro de la separación» que construye Israel en los territorios ocupados.
Por su parte, el embajador de EEUU ante la ONU, John Negroponte, se limitó a reafirmar el apoyo de Washington a la «Hoja de Ruta» como «el mejor camino para la paz en Oriente Medio».