Una eternidad. Así fueron los últimos 32 días para Guy Gabay, un turista israelí de 31 años, y Michael Fricke, un austríaco de 29. Habían llegado a Ushuaia en busca de aventuras, pero estuvieron perdidos en las montañas de Tierra del Fuego. Si hasta creyeron que no volverían a ver más a sus seres queridos.
«Los días pasaban, los senderos de montaña son todos iguales, no sabíamos dónde estábamos. Sólo queríamos llegar a un lugar y ver gente para que nos dijeran dónde estábamos. Por fin escuchamos ruido del motor de un helicóptero. Nos desesperamos, hacíamos señas con los brazos en alto. Por suerte habíamos elegido un lugar algo descampado ubicado en una pequeña playa a orillas de un lago. Allí escribimos SOS con troncos y encendimos fogatas con la esperanza de que alguien nos viera», contó a Clarín Guy Gabay en una entrevista telefónica, luego de dejar el hospital de Punta Arenas donde estuvieron internados los dos turistas extranjeros.
«Cuando se nos terminó la comida que habíamos llevado para tres días de excursión no supimos qué hacer. Animales salvajes no hay, de vez en cuando veíamos algún zorro o un conejo. No teníamos armas de ningún tipo, sólo pequeños cortaplumas, y con eso era imposible cazar. Habíamos oído hablar en Ushuaia de un fruto silvestre llamado calafate, que nace en pequeños arbustos. Probamos, nos gustó y lo adoptamos como alimento, y algunas veces recogimos en la playa algunos mariscos», contó Guy.
Los turistas dijeron que en ningún momento pasaron frío. Para la excursión de cuatro días llevaban consigo una carpa, bolsas de dormir, borceguíes y camperas aptas para la zona: «El problema no era el frío. Aunque llovía todas las noches estábamos abrigados. El problema era el hambre.».
Al cuarto día de haber iniciado su aventura, Guy Gabay y Michael Fricke cayeron en la cuenta de que estaban perdidos en la montaña: «El asunto era no desesperarse. Llevábamos en la mochila un mapa de la zona. Eso nos ayudó a orientarnos, aunque teníamos pocas esperanzas de llegar a un pueblo o una aldea. A Ushuaia la habíamos dejado atrás y no sabíamos volver. Teníamos miedo».
Gabay y Fricke salieron de excursión al Valle de Andorra, 15 kilómetros al oeste de Ushuaia, el 2 de enero al amanecer. Informaron a la encargada del lugar donde se alojaban que salían por dos o tres días. Dejaron copias de sus pasaportes, cheques de viajero, documentación personal y ropa.
Pasaron los días y los turistas no regresaban. Entonces la encargada de la posada avisó a la Policía y se inició una búsqueda. Se puso en marcha el operativo de rescate, barriendo la zona con helicópteros y brigadas de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía provincial, agentes de Parques Nacionales y de Defensa Civil.
El secretario de Seguridad de Tierra del Fuego, Rubén Cena, que comandó las operaciones, dijo: «Recibimos una comunicación vía Embajada de Austria, que decía que en sector chileno habían encontrado a los turistas. Su salud era buena, aunque ambos habían perdido entre 8 y 12 kilos».
Cena recordó que la búsqueda desde el aire fue infructuosa porque la mayor parte del tiempo los turistas estaban en territorio chileno y el helicóptero no podía cruzar la frontera. «Un helicóptero de la empresa petrolera chilena DAP los divisó y trasladó al hospital Prat de Punta Arenas», dijo Cena.
Israel, con su embajador en la Argentina, encabezó la búsqueda, primero con dos expertos del Mossad, el servicio secreto israelí. Luego, familiares de Gabay contrataron en su país a cinco especialistas en búsqueda de personas perdidas en la montaña para asistir a los grupos de trabajo fueguinos. Shoshana y Manashe Gabay, padres del turista, dijeron desde Jerusalén: «Estamos felices de saber que nuestro hijo está vivo, sano y de regreso a casa. Queremos agradecer a todos los que colaboraron en la búsqueda, principalmente al gobierno de Tierra del Fuego, que no escatimó esfuerzos para encontrarlos vivos». Fte: Clarín