JERUSALÉN.- El primer ministro israelí se encuentra en el centro de una tormenta de acusaciones después de que ayer un tribunal acusara formalmente al empresario israelí David Appel de haberle sobornado. Ariel Sharon se ha apresurado a asegurar que no tiene ninguna intención de abandonar su puesto, el jefe de la oposición le ha pedido que se vaya y una encuesta demuestra que los israelíes no están dispuestos a tolerar la corrupción.
La acusación salpica a Sharon cuando era ministro de Exteriores y a su ‘número dos’, Ehud Olmert, actual ministro de Comercio e Industria.
La oposición tampoco ha perdido el tiempo y ya ha pedido la dimisión de Sharon. El líder del Partido Laborista, Simon Peres, ha declarado al diario israelí ‘Haaretz’: «Es un momento difícil para mí. He sido amigo de Arik (Ariel Sharon) durante más de 50 años y no lo niego. A pesar de que somos oponentes políticos, no somos rivales personales. Israel se encuentra en una difícil situación que requiere que el primer ministro dé su versión».
El Fiscal General israelí, Edna Arbel, ha echado más leña al fuego ya que ha subrayado que existen «suficientes evidencias» del presunto soborno.
Si se llega a probar que Sharon aceptó dicho soborno, el 64% de los israelíes considera que debería dimitir de su cargo, de acuerdo con un sondeo realizado por el diario ‘Haaretz’ y la agencia de encuestas Dialogue y supervisado por el profesor Camil Fuchs.
Esta encuesta, realizada antes de que se conocieran los cargos contra el empresario David Appel, indica, según el diario, que el primer ministro se ha hundido al mismo nivel de popularidad que su Gobierno.
Preguntados sobre los asuntos criminales en los que está implicado Sharon, el 68% de los consultados afirma no creer que el primer ministro no sabía nada, no oyó nada y no vio nada. De hecho, esta pérdida de confianza también ha afectado a los votantes del Likud, partido al que pertenece Sharon.
Entre los electores del Likud, el 56% comparte esta falta de confianza, mientras que entre los partidarios del Shinui, uno de los partidos más leales a Sharon dentro de la coalición de gobierno, el 77% afirma no creer en el jefe del Ejecutivo.
En cuanto al desempeño de sus funciones, Sharon sólo consigue un aprobado, mientras que su Gobierno suspende en cuestiones como la economía y los asuntos sociales, con menos de cuatro puntos.
Fte El Mundo