Esta meseta escarpada con vista a Israel se extiende hacia el noreste en dirección a la capital siria, Damasco.
A pesar de que algunos señalan que en la era de misiles de largo alcance el valor de la cercanía territorial ha disminuido, no así la importancia del Golánpara Israel.
Sus puntos altos le ofrecen la posibilidad de darle seguimiento a los movimientos sirios y la misma meseta rocosa representa un imponente obstáculo para frenar una posible ofensiva armada de Siria -una teoría que fue probada en la guerra de 1973.
Diferencias de opinión
Además, está el problema del agua que, en una región notoriamente árida, es vital.
Lugares como éste se encuentran en el Golán, pero son poco comunes en la región.
Hasta 1967, la causa de muchos de los enfrentamientos entre los dos países fue ese precioso líquido, por los intentos de Siria de desviar a los tributarios del río Jordán antes de que llegaran a territorio israelí.
Pero, cualquiera que sea su importancia estratégica, insistir en quedarse con las Alturas del Golán equivale a abandonar cualquier posibilidad de paz con uno de sus más poderosos vecinos y más acérrimos enemigos.
Hace poco más de cuatro años, el entonces primer ministro de Israel, Ehud Barak -imbuido en negociaciones con el padre del actual presidente sirio, Hafez al-Assad- declaró que «el precio de la paz puede ser doloroso pero necesario».
Hoy en día, hay quienes están de acuerdo con Barak en el sentido de que la seguridad de Israel se fortalecerá si se logra la paz con Siria.
Otros, se oponen a continuar con la tradición de intercambiar territorios por paz.