El doctor Sion Houri, jefe de la unidad de terapia intensiva del hospital, dijo a este diario anoche: «La operación parece haber sido un éxito. Su corazón está trabajando normalmente y ya no necesita asistencia cardiorrespiratoria. Si todo va bien, podrá irse a su casa dentro de un mes o mes y medio». Los padres de la criatura, que viajaron con ella a Israel, estaban estáticos con la noticia. «La gente dice que Israel es malo –dijo su padre, Jassen Abdullah–, pero nos han tratado muy bien aquí. Les estamos muy agradecidos a los médicos.» Bayan fue examinada por un médico perteneciente a las fuerzas de Estados Unidos. Encontró que sus arterias estaban invertidas. Si la condición no se corregía para cuando tuviera dos semanas, dijo, ella moriría. Ninguna operación de este tipo se había llevado a cabo en Irak.
El médico llamó a Jonathan Miles, el jefe de Luz de las Naciones, una sociedad cristiana estadounidense que ayuda a los niños refugiados palestinos de Gaza a obtener tratamiento médico en Israel. Miles se dirigió a una sociedad israelí, Salve el Corazón de un Niño, que lleva a niños africanos y asiáticos a cirugía al hospital Wolfson. De los 900 niños tratados en los últimos cinco años, un tercio era palestino. Para el viernes a la mañana, los cardiólogos israelíes e iraquíes estaban hablando en una conferencia telefónica. Bayan fue llevada a Bagdad, donde un cirujano iraquí practicó una operación preliminar. Miles luego voló con la familia a Amman. Después de una escala de 72 horas, se dirigieron desde Jordania a Israel por el puente Rey Hussein. Salve el Corazón de un Niño instaló a los padres en su establecimiento, a 10 minutos del hospital.
Después de que terminara la operación, Miles dijo: «No creí que fuera posible traerla aquí, pero de alguna manera Dios me dio el coraje para intentarlo. Estamos agradecidos cuando podemos juntar a la gente y salvar la vida de un niño. Esperemos que también construya puentes entre los árabes y los judíos».
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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