El primer ministro israelí, Ariel Sharon, regresó a Israel ayer miércoles, tras una visita de tres días a Italia que sirvió para reforzar sus relaciones con el Gobierno de Silvio Berlusconi y coincidió con las críticas del presidente de EEUU, George W. Bush, a la construcción del muro que separa los territorios palestinos de Israel.
Sharon, que abogó durante su visita por un fortalecimiento de la cooperación en la lucha contra al
terrorismo y el antisemitismo, se congratuló por la alianza de su país con Italia, país que hasta fin de año detenta la presidencia de la Unión Europea.
El primer ministro israelí regresó a su país en momentos en que el presidente norteamericano, George W. Bush, ha mostrado una postura crítica con la política desarrollada por Sharon.
En un discurso pronunciado en un instituto londinense de relaciones internacionales, Bush, que realiza una visita de Estado a Gran Bretaña, solicitó a Israel que acabe con la colonización de los territorios palestinos ocupados y que ponga fin a «la humillación cotidiana de los palestinos» y que no se adelante «al resultado final de las negociaciones contruyendo muros y vallas».
Horas después, Sharon admitió la existencia de discrepancias con Estados Unidos sobre la cuestión palestina, pero intentó relativizarlas.