«Roma está repleta de muros, como Jerusalén, y el Vaticano está rodeado de altas murallas, mientras que el muro de Israel sólo tiene nueve kilómetros y sirve para proteger a los usuarios de una carretera
contra los asesinos que disparan contra los automóviles», declaró Sharon, según el resumen de este encuentro publicado por el diario ‘Il Foglio’.
El Papa Juan Pablo II criticó el pasado domigno esta construcción, la víspera de la llegada a Roma del primer ministro israelí, al declarar que «Oriente Próximo no necesita muros, sino puentes».
«Tengo mucho respeto por Juan Pablo II», aseguró Sharon. «Comprendo sus inquietudes sobre las consecuencias del muro para las Iglesias y para la movilidad del personal eclesiástico, y me comprometo naturalmente a garantizar que no hayan problemas». Pero, recordó el primer ministro israelí, «me han pedido que impida la construcción de la mezquita de Nazaret, concebida para ocultar la Iglesia de la Anunciación». «Otros gobiernos han eludido esta delicada cuestión. No el mío. Hemos hecho detener las obras y estamos procediendo a su demolición», añadió.