La oficina de prensa del Gobierno israelí anunció ayer que no se extenderán acreditaciones de prensa a aquellos periodistas que «constituyen un peligro claro y presente al público o que hayan estado implicados en las actividades de una organización terrorista», teniendo la última palabra los servicios secretos internos, el Shin Bet. A partir del próximo año, los periodistas que deseen acreditarse verán cómo sus nombres serán entregados a dichos agentes de seguridad, que tendrán la misión de comprobar que no son una amenaza para la seguridad de los israelíes. Se trata de 8.000 periodistas israelíes y 2.500 extranjeros, entre ellos numerosos representantes de países árabes, así como habitantes palestinos de Cisjordania y Gaza que poseen las credenciales de la oficina de prensa. El carnet otorga acceso a todos los actos oficiales que tienen lugar en el país, así como al Parlamento y a la oficina del primer ministro, Ariel Sharon, considerado el jefe de Gobierno más protegido del mundo.
La oficina de Prensa explicó que hasta ahora el Shin Bet no ha encontrado ningún caso «problemático» entre las solicitudes de los periodistas israelíes, en referencia sobre todo a los sectores más ultranacionalistas que, se teme, puedan intentar atentar contra algún ministro. Ningún nombre de periodista extranjero ha sido entregado al Shin Bet. En la organización de periodistas extranjeros en Israel, la Foreign Press Association, se cree que los servicios secretos prestarán un interés muy especial a los representantes de los países árabes acreditado en Jerusalén: muchos de estos países no mantienen relaciones diplomáticas con Israel. Cada periodista palestino será también estudiado de forma particular.Fte L.V.D