El jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, ratificó su intención de superar todas las diferencias con la comunidad judía argentina y se reunió con 40 dirigentes de la instancias centrales para tratar la cuestionada designación de Jorge “Fino” Palacios al frente de la Policía Metropolitana y el escándalo de las escuchas ilegales a Sergio Burstein.
Sobre el nombramiento de Palacios al frente de la policía porteña, Macri respondió que la decisión fue adoptada luego de haber recibido recomendaciones de las embajadas de Israel y Estados Unidos, que lo señalaban a Palacios como uno de los mejores elementos de la Policía Federal.
“Yo al Fino Palacios no lo conozco porque participó en el secuestro mío o de mi hermana. Lo conozco en 2002, cuando le pedí a Eugenio Burzaco (ahora jefe de la Policía Metropolitana) que consulte a los servicio de inteligencia sobre el mejor elemento de la policía”, precisó el jefe de Gobierno durante la charla debate convocada por la Sociedad Hebraica Argentina que se desarrolló el domingo pasado en la sede de Pilar.
Asimismo, Macri comentó que el ex jefe de la Unidad Especial Antiterrorista de la Policía Federal no solo era recomendado por la CIA, la DEA y el Mossad sino que además había sido distinguido por la conducción de la DAIA.
En ese tramo del debate intervino el ex presidente de DAIA, Jorge Kirszenbaum, quien indicó que “el Estado de Israel lo había premiado (a Palacios) y la DAIA que me precedió en la presidencia también, porque estuvo muy involucrado en las causas” por los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel.
Kirszenbaum aseguró que Palacios “ha sido un noble, eficaz y sincero colaborador con la comunidad”.
Por su parte, Macri comentó que al ganar las elecciones en la ciudad volvió a consultar a las embajadas de Israel y de Estados Unidos sobre quien era el indicado para asumir como jefe de policía y le volvieron a recomendar a Palacios, quien ya estaba acusado de encubrimiento del atentado a la AMIA.
“No creemos en la acusación que hace (Sergio) Burstein y un sector de familiares de las víctimas”, afirmó Macri para defender el nombramiento del ex policía.
Incluso, el jefe de Gobierno reveló que “gente que está en la causa creía en la inocencia de Palacios”.
“El juez (Ariel Lijo) me dijo que creía que Palacios era inocente, que lo iba a citar y que después iba declarar la falta mérito, pero por la vuelta de la justicia, no fue así”, agregó.
Lo cierto es que en la causa por el encubrimiento del atentado, el juez Lijo procesó a Palacios, al ex presidente Carlos Menem, el ex juez federal Juan José Galeano y el ex titular de la SIDE Hugo Anzorreguy.
A ellos se agregan el ex integrante de la SIDE, Juan Anchezar, el ex integrante de la Policía Federal Carlos Castañeda, Munir Menem, asesor presidencial durante la gestión de su hermano, los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia y ex titular de la DAIA, Rubén Beraja.
Macri volvió a cargar contra Burstein cuando se lo consultó sobre su responsabilidad en el escándalo de las escuchas ilegales y acusó al familiar de las víctimas del atentado a la AMIA de trabajar “en combinación con la SIDE y el juez” Norberto Oyarbide, quien está al frente de la investigación.
Incluso, el líder del PRO afirmó que la causa judicial por las escuchas es “nula” y consideró que es “parte de la política, la agresión y la descalificación”.
“Estos hechos no están vinculados a la comunidad. No tomo a Burstein como vinculado a la comunidad. Burstein ha cruzado la barrera de lo permitido y es parte de algo que tiene que ver con la política, la agresión y la descalificación”, afirmó el jefe de Gobierno.
Macri indicó que Ciro James, detenido por haber escuchado en forma ilegal a Burstein, es “un señor que vendía escuchas a mujeres infieles, a empresas, a través de una agencia”, y lamentó haber “tenido la mala suerte de que fue empleado (del Gobierno de la Ciudad) durante algunos meses en el Misterio de Educación”.
Asimismo, el jefe de Gobierno cargó contra Oyarbide, al acusarlo de tener “un mandato del Gobierno nacional” para que focalice la investigación “en su persona” y no en la Universidad de La Matanza y la Policía Federal, donde también trabajaba James.
Macri también comentó que en distinta consultas que tuvo con importantes juristas le transmitieron que la situación es “preocupante” y le aseguraron que no pueden defenderlo “de la nada”.
“Es todo una cosa muy disparata y que los jueces se presten a este tipo de cosas es lo grave. La gente sabe que esto es una mentira y que a la larga va a terminar en la nada porque ni siquiera pueden demostrar que haya existido un contacto entre yo y James”, afirmó el jefe de Gobierno.
Otro gestó que fue bien recibido por la dirigencia comunitaria fue su crítica postura a la relación que el Gobierno nacional mantiene con Venezuela.
“La Argentina ha tenido una relación muy ambivalente con Irán. He visto con agrado que Brasil ha comenzado a cambiar su política exterior. No creo en el eje Irán – Chávez, no nos conduce a nada positivo”, afirmó Macri.
El jefe de Gobierno instó a que la Argentina sea “inteligente” y se vincule con el mundo “en función de sus intereses”.
“Nuestro interés es que la gente viva mejor. Hay que dejar de lado los intereses ideológicos”, enfatizó el líder del PRO.
Además consideró que lo primero que debe hacer el Gobierno nacional es “reconstruir relaciones serias permanentes con el resto del mundo”.
En ese sentido sostuvo que primero se debe reconstruir el vínculo con Brasil, como el principal socio del Mercosur, “después con España e Italia y también con Estados Unidos”.
La reunión, celebrada en la sede Pilar de Hebraica, contó con la participación de unos 40 dirigentes comunitarios, entre los que se encontraba el secretario general de la DAIA, Fabián Galante, el miembro de la comisión directiva de AMIA, Pedro Buki, el presidente de FACCMA (Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos), Waldo Wolff, el titular del KKL (Keren Kayemet LeIsrael), Adolfo Filarent, miembros de CUJA (Campaña Unida Judeo Argentina) y OSA (Organización Sionista Argentina).
Macri llegó acompañado el director general de Relaciones Institucionales, Claudio Avruj y fue recibido por Olender, el director ejecutivo de Hebraica, Sergio Kuchevasky, y Wolff.
La visita del jefe de Gobierno a las instalaciones de Hebraica se produjo tras la fallida reunión en la sede de la AMIA, que estaba programada para el pasado 16 de junio y que se frustró debido a que los familiares de las víctimas del atentado llamaron al presidente de la institución, Guillermo Borger, para solicitarle que Macri no sea recibido en el edificio de la calle Pasteur.
Los familiares de las víctimas del atentado cuestionan a Macri por la designación al frente de la Policía Metropolitana de “Fino” Palacios, a lo que se sumó el escándalo por el espionaje contra Burstein.
DB
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