El ministro de Defensa, Ehud Barak, reiteró hoy, viernes, en el 4º aniversario del secuestro del soldado Gilad Shalit, que para el gobierno de Israel “liberarlo es esencial, pero no a cualquier precio”, según informó el Canal 2 de la televisión israelí.
Barak reconoció que "hasta ahora no hemos tenido éxito en traerlo de vuelta y ello continúa siendo una de nuestras obligaciones centrales".
En tanto, en Nueva York, la embajadora de Israel ante las Naciones Unidas, Gabriela Shalev, dijo que "durante más de cuatro años, el régimen terrorista de Hamas le ha negado los derechos más básicos a Gilad Shalit, así como cualquier visita de organizaciones internacionales”, lo cual “es ilegal y moralmente atroz”.
"Es una vergüenza que tantos que dicen apoyar vigorosamente los derechos humanos se mantienen totalmente en silencio ante esta injusticia", agregó.
Por su parte, el cónsul general Asaf Shariv afirmó: "Han pasado cuatro demasiado largos años”, durante los cuales “Gilad Shalit ha estado en cautiverio y privado de ayuda humanitaria, con desprecio al derecho internacional”.
"Lamentablemente es muy fácil verlo como un símbolo de otro acto terrorista”, pero “sabemos que Gilad es mucho más que eso: es un hijo, un hermano y un amigo, un joven que merece ver la luz del día, a sus padres y a su país”, prosiguió.
"El paquete de ayuda humanitaria que tratamos de entregarle a Gilad, a través de la Cruz Roja Internacional, es lo mínimo que se merece” y “si le fuese entregado, ese mero acto justificado sería más de lo que Gilad ha recibido desde 2006", concluyó Shariv.
Nacido el 28 de agosto de 1986 en Naharía, al norte de Israel, Gilad Shalit fue capturado el 25 de junio de 2006, junto al cruce Kerem Shalom, en una acción que fue reivindicada conjuntamente por el Ejército del Islam y los brazos armados de Hamas (Brigadas Izzedin al-Qassam) y de los
Comités de Resistencia Popular.
En el ataque a la base militar murieron dos soldados israelíes, el teniente Hanan Barak y el sargento Pavel Slutzker, y un tercero resultó herido.
Por entonces se decía que los captores reclamaban la liberación de mujeres y menores palestinos detenidos en cárceles israelíes a cambio de información sobre el rehén, pero luego quedó claro que la verdadera intención era que ese beneficio alcanzase también a terroristas palestinos.
Los últimos intentos de negociación llegaron hasta un intercambio de 1.000 presos palestinos por Shalit, muchos de ellos acusados por Israel de terrorismo -450 de ellos serían miembros de Hamas-, lo cual dificulta un eventual arreglo ya que parte de la sociedad israelí no quiere que
gente “con sangre en las manos” pueda volver a atacar a civiles.
Los sucesivos gobiernos israelíes de Ehud Olmert y Netanyahu tuvieron marchas y contramarchas al respecto, y la última propuesta fue que los sospechosos de terrorismo no puedan regresar a los territorios, sino que sean deportados al exterior, especialmente a Siria, lo cual fue rechazado por Hamas.
https://www.facebook.com/?sk=messages&tid=1145373769839#!/group.php?gid=126612537377861&ref=mf
160