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En la víspera del 4º aniversario del secuestro de Gilad Shalit se realizaron ayer, jueves, actos en Israel, Italia y Estados Unidos para reclamar su liberación.
Una multitud se reunió en Roma, donde se apagaron las luces del Coliseo, ante la presencia de Noam Shalit, el padre del soldado israelí, quien desde “una de las ciudades centrales, antiguas e importantes de Europa y el mundo civilizado” les pidió “a la comunidad internacional, y a la europea en particular, no olvidar Gilad".
Quienes “presionaron a Israel para que tome medidas humanitarias en favor de la población de Gaza” deberían “utilizar todos los medios a su alcance para presionar a Hamas para que dé un pequeño paso humanitario en nombre de uno de sus propios ciudadanos, en nombre de Gilad", quien tiene doble nacionalidad franco-israelí y fue nombrado ciudadano honorario de la capital italiana, reclamó Noam.
Éste agregó que la liberación de su hijo conllevaría la de cientos de presos palestinos, que saldrían de cárceles israelíes como parte de un intercambio.
"Quienes piden que sus derechos sean respetados deben respetar los derechos de los otros –dijo Noam–. Durante cuatro largos años, nuestro hijo Gilad, un joven de carne y hueso que ahora tiene 23 años, ha clamado por nosotros con un grito silencioso, pero resonante, desde los oscuros sótanos de Hamas. Él pide una sola cosa: ‘Devuélvanme la libertad que me robaron hace cuatro años’."
Por ora parte, también fueron apagadas las luces alrededor de las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalem, sobre las cuales se leía un cartel que indicaba el número 1.460 y la frase: "Éste es el tiempo que he pasado en cautiverio".
Y en Nueva York, barcos que conformaron "La Verdadera Flotilla de la Libertad" zarparon desde el muelle 40, junto a la Estatua de la Libertad, y pasaron por los edificios de las Naciones Unidas.
El próximo domingo, familiares y amigos de Gilad Shalit iniciarán una marcha de 11 días desde su casa en Mitzpe Hila, en la Alta Galilea, hasta Jerusalem para reclamar por su liberación.
Nacido el 28 de agosto de 1986 en Naharía, al norte de Israel, Gilad Shalit fue capturado el 25 de junio de 2006, junto al cruce Kerem Shalom, en una acción que fue reivindicada conjuntamente por el Ejército del Islam y los brazos armados de Hamas (Brigadas Izzedin al-Qassam) y de los Comités de Resistencia Popular.
En el ataque a la base militar murieron dos soldados israelíes, el teniente Hanan Barak y el sargento Pavel Slutzker, y un tercero resultó herido.
Por entonces se decía que los captores reclamaban la liberación de mujeres y menores palestinos detenidos en cárceles israelíes a cambio de información sobre el rehén, pero luego quedó claro que la verdadera intención era que ese beneficio alcanzase también a terroristas palestinos.
Los últimos intentos de negociación llegaron hasta un intercambio de 1.000 presos palestinos por Shalit, muchos de ellos acusados por Israel de terrorismo -450 de ellos serían miembros de Hamas-, lo cual dificulta un eventual arreglo ya que parte de la sociedad israelí no quiere que gente “con sangre en las manos” pueda volver a atacar a civiles.
Los sucesivos gobiernos israelíes de Ehud Olmert y Netanyahu tuvieron marchas y contramarchas al respecto, y la última propuesta fue que los sospechosos de terrorismo no puedan regresar a los territorios, sino que sean deportados al exterior, especialmente a Siria, lo cual fue rechazado por Hamas.