Las deliberaciones se iniciaron luego de la acreditación de los delegados en la sala Ushinskin del Binianei Hauma (el Centro Internacional de Convenciones) de Jerusalem.
Durante la primera sesión plenaria se habló sobre la importancia del Congreso: Kalman Sultanik habló en nombre de los delegados veteranos del Congreso; y la jueza Tova Strassberg Cohen, presidente de la Corte Suprema Sionista, se refirió a la aprobación de la integración del Congreso.
Jagai Meirom, Tesorero del Ejecutivo Sionista y el rabino Asher Hirsh brindaron un informe de la gestión efectuada por el Movimiento Sionista Mundial desde el 35 Congreso hasta el presente; efectuándose luego un homenaje a los dirigentes destacados del Movimiento, entre los que se contaron Mordejay Dayan, nacido en Argentina, y Najum Shultz, que durante anos vivió en Uruguay.
La segunda Plenaria consistió en una exposición del profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalem, Shlomo Avineri, titulada “El Sionismo: la visión de Herzl, en constante renovación”. El planteo del disertante se centró en señalar que la impronta del Primer Congreso Sionista, en 1897, fue la voluntad de crear el Estado Judío, para lo cual Herzl propuso que el segundo Congreso se realizara un año después. Eso implicaba elaborar todo un programa de trabajo organizativo, dentro del cual la elección de los delegados era un tema muy importante. Además se permitió la participación de mujeres como delegadas, algo por demás innovador en la época, que hoy en día permite afirmar que el Movimiento Sionista fue un precursor en la materia de la representación femenina.
Otro de los aspectos que el profesor Avineri destacó es el hecho que, desde sus inicios, el Movimiento Sionista es democrático, pues sus delegados son elegidos entre los afiliados al Movimiento, y estos mediante votación hacen lo propio con las autoridades del mismo.
Posteriormente, el disertante se refirió a la visión de Herzl sobre cómo debería ser el Estado Judío, plasmada en la novela que escribió en 1902, Altneuland (Vieja Nueva Tierra), en la cual plantea la igualdad de derechos de todos los ciudadanos del país, sean judíos o no judíos, que no debe discriminar a ninguno de sus habitantes, dándole a las mujeres los mismos derechos que a los hombres, que tiene que ser democrático y socialmente mutualista.
Respecto al tema religioso, en Altneuland (Vieja Nueva Tierra), Herzl – que no era observante – no sólo respeta a los observantes sino que plantea la reconstrucción del Templo de Jerusalem sin la existencia de los sacrificios, algo que según Shlomó Avineri “combina lo tradicional con lo moderno, estableciendo que el Estado Judío no es religioso, pero tampoco laico”.
La tercera sesión plenaria, estuvo dedicada al discurso de la javerá Kneset (miembro del Parlamento israelí) y jefa de la oposición, Tzipi Livni.
El mensaje de Tzipi Livni se centró en marcar sus diferencias con la actual coalición gubernamental israelí, afirmando que “es necesario la existencia de dos estados”, pero también que “Israel no puede descuidar su seguridad aceptando presiones externas”.
Al referirse a lo ocurrido con la denominada “flotilla humanitaria”, manifestó que desde el mismo momento en que se procedió a la intercepción de los barcos que la integraban, apoyó que los soldados israelíes se defendieran.
La próxima sesión plenaria, se desarrollará al caer la noche, y se denomina “El Congreso Sionista saluda a la Generación Joven”, durante la que saludara a los delegados el ministro de Educación israelí, Guideon Saar, y que culminará con la actuación artística de integrantes de los movimientos juveniles, de los estudiantes y del Dor Hemsahej (la generación de la continuidad).