El conflicto continúa en el asentamiento de Immanuel en la Ribera Occidental. Allí, los padres intentan separar a las niñas sefaradíes y askenazíes. “Ningún veredicto de la Corte requiere la aprobación de rabinos”, dijo el juez de la Corte Suprema Edmond Levy el martes, durante una audiencia sobre la segregación de las niñas ultra ortodoxas de la escuela Beit Yaakov, en ese asentamiento.
La audiencia giró alrededor de la continuada violación a un dictamen de la Corte Suprema que prohíbe la segregación de estudiantes askenazíes y sefaradíes.
Se había logrado un supuesto acuerdo entre el directorio religioso de la institución y los padres, pero los padres de niñas askenazíes lo rechazaron y se niegan a que sus hijas regresen a clase.
El abogado de los padres indicó en la audiencia que aquellos “tienen la libertad de elegir no enviar a sus hijos a la escuela” y ese es un derecho básico. Agregó que el dictamen prohíbe la segregación pero no requiere que los padres envíen a sus hijos a la escuela “donde hay libertad de educación, conciencia y elección”.
El juez Levy dijo durante la audiencia que hasta que la situación logre resolverse, los padres deben lograr que sus hijas regresen a la escuela, diciendo “estoy espantado. Nunca hubo un caso similar”.
“El estado de Israel tiene instituciones, dentro de ellas su sistema judicial. Sin ese sistema, su estado y el nuestro sería intolerable”, le dijo a los padres y agregó que “no conozco ninguna ley que requiera la aprobación de nadie para un dictamen”.
GL