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A juzgar por la prensa, la situación en Gaza es desesperante, todo está a punto de colapsar y la población está al nivel de un país del Tercer Mundo.
CGG
Por Steffen Jensen, periodista danés.
A juzgar por la prensa, la situación en Gaza es desesperante, todo está a punto de colapsar y la población está al nivel de un país del Tercer Mundo.
Ayer estuve en la Franja de Gaza. Esperaba ver un verdadero sufrimiento: con todo el alboroto de los últimos días, debía haber una situación de profunda desesperación, largas colas frente a los almacenes de la ONU, niños hambrientos con tazones de comida. Pero ésa no era la imagen que me recibió.
De inmediato me sorprendió ver que había casi el mismo congestionamiento de tránsito de siempre. ¿No hay escasez de combustible? Parece que no, ni siquiera racionan la gasolina.
Fui al campo de refugiados de Shati. Allí está uno de los mercados que venden mucho más que frutas y verduras.
Sin duda, no hay escasez de verduras, frutas o cualquier otro alimento. Había numerosos puestos con montañas de tomates, pepinos, maíz, papas… Salvo las sandías, toda la fruta proviene de… ¡Israel!
Sin embargo, la primera mujer que entrevistamos muestra una mentalidad extraña, contradictoria y negativa: "Nada tenemos. Necesitamos alimentos, bebidas… ¡todo!". No le incomoda en lo más mínimo decirlo entre pilas de verduras, frutas, huevos, pollo y pescado.
Otra mujer, Ifka Abu Nahal, sostiene que el problema crucial es el excesivo consumo de agua, lo cual provoca el hundimiento de la capa freática y la contaminación de las aguas subterráneas, lo cual hace que sea desagradable para beber y destruya la superficie agrícola.
Además, "hay un gran problema de desempleo y muchas personas se ven obligadas a vivir de las limosnas de sus parientes", explica.
Gran parte de las mercancías en los puestos de venta por menor se introducen a través de túneles para el contrabando desde Egipto.
No he escrito esta historia para sostener que no hay problemas en la Franja de Gaza, eso sería mentir. Pero no es la escasez de alimentos lo que afecta principalmente a la gente de aquí, sino la falta de empleos y de una economía nacional sustentable.
Sus hermanos en la Margen Occidental lo están experimentando actualmente, con la ayuda de Occidente. Este desarrollo económico debe venir de adentro. Ya nunca más podrán viajar a Israel, todos los días, 150.000 trabajadores de Gaza. Eso fue detenido por la ola de terrorismo y los atacantes suicidas de los años ’90 y principios de la década del 2000.
Pero la cooperación israelí es necesaria para iniciar ese desarrollo económico, con la ayuda de Occidente, y eso significa que el gobierno de Hamas debe suavizar su rechazo total e inflexible a las negociaciones con Israel, por no mencionar el reconocimiento del derecho de ese país a existir.
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